La balada de Aotrou e Itroun
Resumen del libro: "La balada de Aotrou e Itroun" de J. R. R. Tolkien
La incursión del maestro de la fantasía, J.R.R. Tolkien, en los mitos bretones nos regala una obra fascinante ambientada en “la tierra británica más allá de los mares” durante la Era de la Caballería. “La Balada de Aotrou e Itroun” nos sumerge en la trágica historia de un Señor y una Dama bretones, Aotrou e Itroun, quienes enfrentan la desdicha de la esterilidad. La desesperación lleva a Aotrou a buscar una solución en forma de poción mágica, otorgada por una malévola corrigan, o hada. Cuando la poción tiene éxito y Itroun da a luz gemelos, el hada regresa para cobrar su precio, forzando a Aotrou a enfrentar un dilema insondable: traicionar su matrimonio o perder su propia vida.
Este trabajo, escrito en 1930, emerge de un período corto pero intensamente creativo en la vida de Tolkien, cuando se sumergió en el arte celta, especialmente en la mitología bretona y las leyendas. “La Balada de Aotrou e Itroun” se presenta como una obra precursora, esencial para comprender la riqueza y diversidad del canon de Tolkien, más allá de la Tierra Media. Junto con otras narraciones de mitos y leyendas, como “La Leyenda de Sigurd y Gudrún,” “La Caída de Arturo,” y “La Historia de Kullervo,” constituye un corpus pequeño pero invaluable que arroja luz sobre las influencias formativas de su legendarium.
Este cuento, impregnado de la magia y la oscuridad propias de las leyendas celtas, ofrece una visión única de la creatividad de Tolkien. A través de una narración cautivadora, el autor explora temas de sacrificio, traición y la intrincada relación entre los seres humanos y las criaturas mágicas que pueblan sus mitos. La elección de palabras cuidadosamente seleccionadas y la ambientación en un contexto histórico lejano añaden profundidad y autenticidad a la trama.
“La Balada de Aotrou e Itroun” es un tesoro literario que nos transporta a un mundo mítico y encantado, donde la poesía y la tragedia se entrelazan con la maestría que caracteriza la pluma de J.R.R. Tolkien. Es un recordatorio de que su genio literario trasciende las fronteras de la Tierra Media, explorando el vasto y enigmático mundo de las mitologías del “mundo real.” En definitiva, esta obra es una joya que merece un lugar destacado en la biblioteca de todo amante de la fantasía y la literatura clásica.
«El temor a la hermosa hada que recorría las épocas más antiguas casi elude nuestra comprensión».
J. R. R. Tolkien, «Sobre los cuentos de hadas»
NOTA SOBRE EL TEXTO
La balada de Aotrou e Itroun se publicó en forma impresa por primera vez en The Welsh Review, vol. IV, n.º 4, diciembre de 1945. Existen tres textos del poema (pero ningún ejemplar original). El primero es un manuscrito bueno, aunque incompleto que, al parecer, fue reemplazado por el segundo texto (muy poco modificado con respecto al primero), un ejemplar bueno y limpio en el que mi padre escribió al final una fecha: 23 de septiembre de 1930. Esto es notable, ya que las fechas en el manuscrito de La balada de Leithian corren consecutivamente durante una semana desde el 25 de septiembre de 1930 (frente al verso 3220), mientras que la fecha anterior en el manuscrito es noviembre de 1929 (frente al verso 3031, aparentemente refiriéndose a adelante). Es evidente, pues, que Aotrou e Itroun interrumpió la composición del Canto X de La balada de Leithian.
El tercer texto es un ejemplar mecanografiado del manuscrito que incorpora un número relativamente pequeño de correcciones que se le habían realizado. Este texto mecanografiado es muy parecido al de La balada de Leithian y pertenece sin duda a esta época. Ambos utilizan el mismo modo de mecanografiar el discurso en estilo directo en cursiva. Posteriormente, el texto mecanografiado fue objeto de una profunda revisión y más de una cuarta parte de los versos originales fueron objeto de pequeñas modificaciones o se reescribieron por completo; pero ninguna de estas revisiones altera la narración. Mi padre visitó Aberystwyth como examinador en junio de 1945 y le dejó a su amigo, el profesor Gwyn Jones, varias obras inéditas, Aotrou e Itroun, El regreso de Beorhtnoth y Un cuento maravilloso (Sellic Spell). Esto condujo a la publicación de Aotrou e Itroun en The Welsh Review, que Gwyn Jones editó, a finales de ese año, a petición del editor.
Hay algunas discrepancias entre el texto impreso en The Welsh Review y el mecanografiado que, estoy seguro, constituyó su base. Casi todas ellas son cuestiones poco relevantes relacionadas con la puntuación y el espaciado. El título en el texto mecanografiado es Aotrou e Itroun («Señor y Señora»). Una «balada bretona». Hay que señalar que es incorrecto decir que Aotrou e Itroun «está en verso aliterativo y que también incorpora un esquema de rima» (Humphrey Carpenter, Biography, p. 168). El poema está en pareados octosilábicos, en un estilo muy relacionado con La balada de Leithian, y la aliteración es decorativa, en modo alguno es estructural, aunque en diferentes puntos pueda resultar muy marcada:
In the homeless hills was her hollow dale,
black was its bowl, its brink was pale;
there silent on a seat of stone…
Pero La balada de Aotrou e Itroun tiene una historia más larga, ya que en realidad es una evolución de la segunda parte de un poema compuesto llamado «La córrigan» (palabra bretona que significa «hada», «náyade»), que también aparece aquí. No hay pruebas de la fecha de composición de «La córrigan», aunque parece poco probable que un largo intervalo separara este poema de la creación de Aotrou e Itroun.
Una nota a lápiz en la primera parte de este poema señala que fue «sugerido por “Ar Bugel Laec’hiet”, una balada de Cornuaille» (en Bretaña). La métrica de la segunda parte, aunque distinta de la adoptada para Aotrou e Itroun, no es tan diferente como para que sus versos no pudieran incorporarse a la segunda obra (y de hecho hay más de ese tipo en las versiones anteriores de Aotrou e Itroun, que no se incorporaron en la revisión final); pero la historia se narra de manera distinta y no contiene ninguna sugerencia del elemento esencial en Aotrou e Itroun relacionado con el hecho de que el señor no tenía hijos, que acudió a una bruja para obtener su ayuda y que ella era el hada de la fuente.
CHRISTOPHER TOLKIEN
INTRODUCCIÓN
Procedente de la parte más recóndita de la imaginación de J. R. R. Tolkien, La balada de Aotrou e Itroun, así como los dos poemas más breves que la preceden y conducen a ella, son importantes aportaciones a la sección de su canon que no pertenece a la Tierra Media y deben situarse junto a otras narraciones suyas sobre mitos y leyendas tales como: La leyenda de Sigurd y Gudrún, La Caída de Arturo y La historia de Kullervo. Aunque el título de Tolkien no hace referencia a la «bella hada» que constituye el epígrafe de este volumen —centrándose en cambio en el Señor («Aotrou») y la Dama («Itroun») que son sus víctimas—, el personaje aparece en varios poemas de Tolkien escritos en su madurez. Además de en La balada, también figura en «Ides Ælfscýne» («Dama elfa brillante»), una de sus contribuciones a Canciones para filólogos, colección que se imprimió de manera privada en 1936. En ella, una doncella elfa seduce a un hombre mortal para llevarlo al país de las hadas; cuando regresa cincuenta años después, todos sus amigos han muerto. Aunque el poema de Tolkien está escrito en inglés antiguo, el personaje es recurrente en el folclore celta: la seductora mujer del ultramundo que atrae a un hombre mortal.
En La balada, este personaje representa un subconjunto concreto de esta categoría: un hada celta continental llamada córrigan («náyade»), malévola, a veces seductora, cuya peligrosa atracción encarna tanto el atractivo como el terror, el «miedo a la bella hada» de mi epígrafe. La córrigan ocupa un lugar destacado en todos los poemas de este volumen, pasando de estar entre bastidores en el primer poema, «La córrigan» I, basado en una balada bretona, a ocupar el centro del escenario en «La córrigan» II, derivado de otra balada bretona. Se convierte en una presencia cada vez más ominosa en las dos versiones más largas que Tolkien desarrolló a partir de «La córrigan» II. La secuencia traza su presencia cada vez más poderosa a medida que, poema tras poema, adopta un papel cada vez más activo en la vida de los seres humanos. Y, por último, prefigura a la más grande y conocida de las mágicas y misteriosas damas del bosque de Tolkien, también vinculada a una fuente y un vial: la bella y terrible Dama del Bosque de Oro, la reina élfica de Tolkien, Galadriel, de El Señor de los Anillos.
Todos los poemas de este volumen son producto de un período relativamente corto pero intenso en la vida de Tolkien, en el que estuvo profundamente comprometido con las lenguas y las mitologías celtas. Todos los poemas proceden en mayor o menor medida de una única fuente: la colección folclórica en dos idiomas (bretón y francés) de Teodore Claude Henri Hersart de la Villemarqué, Barzaz-Breiz: Chants Populaire de la Bretagne, publicada por primera vez en 1839 y reimpresa en 1840, 1845, 1846 y 1857. La obra de Villemarqué formaba parte del movimiento folclórico del siglo XIX en Europa y las islas Británicas que suponía un esfuerzo de última hora por capturar y preservar los cuentos y baladas populares y de hadas autóctonos que ya entonces estaban desapareciendo rápidamente. Lo que hizo Kinder- und Hausmärchen, de los Grimm, por Alemania, la colección de Child, English and Scottish Popular Ballads, y la obra de Percy, Reliques of Ancient Poetry, por Gran Bretaña, y el Kalevala, de Elias Lönnrot, por Finlandia, Villemarqué pretendía que Barzaz-Breiz lo hiciera por Bretaña (y, cabría añadir, que Tolkien quería que su legendarium del «Silmarillion» lo hiciera, de forma imaginativa, por Inglaterra). Se trataba de recuperar (o, en el caso de Tolkien, suministrar) una tradición popular que contribuyera y validase una identidad cultural. Especialmente en los casos de los Grimm y Lönnrot, el esfuerzo subyacente no se limitaba a preservar las historias, sino a descubrir su tradición y, sobre todo, su lengua, el vocabulario o dialecto regional, a menudo arcaico, que contenía los vestigios de una mitología y de una visión del mundo perdida o sumergida, las raíces de una cultura autóctona.
Así ocurrió con Villemarqué. Aunque Bretaña formaba parte de Francia desde 1532, era la identidad bretona celta de los antiguos bardos, así como la lengua bretona, lo que pretendía preservar, por lo que tuvo cuidado de anotar las fuentes regionales y los dialectos autóctonos para su material, principalmente Léon, Cornouaille y Tréguier. Los Chants Populaire, que lograron gran popularidad cuando se publicaron por primera vez, se tradujeron inmediatamente al alemán, al italiano y al polaco. Una traducción inglesa de Tom Taylor se publicó en 1865 con el título Ballads and Songs of Brittany. Más tarde se acusó a Villemarqué, al igual que a Lönnrot y a los Grimm, de manipular los originales, de «mejorar» las fuentes. Aunque las acusaciones son hasta cierto punto ciertas, los elementos míticos y folclóricos subyacentes son auténticos y tales acusaciones no han reducido notablemente la popularidad de las obras en cuestión. Barzaz-Breiz se ha publicado ininterrumpidamente desde su primera edición.
Tolkien poseía la edición en dos volúmenes de 1846 y su firma, John Reuel Tolkien, y la fecha de compra, 1922, están escritas en la guarda de cada volumen. En un catálogo de sus libros, conservado en la Biblioteca del Departamento de inglés de Oxford, figuran más de cien entradas de libros celtas, historias, gramáticas, glosarios y diccionarios, así como textos mitológicos primarios. Muchos de ellos, como el de Villemarqué, fueron adquiridos a principios de la década de 1920. En esta época, Tolkien también trabajaba en las historias de su propia mitología, por lo que no es de extrañar que una actividad influyera en la otra y que el contenido celta de sus estudios afectara a la forma y al tema de su obra de creación. Entre otros proyectos, estaba trabajando en La balada de Leithian, un largo poema en pareados octosílabos rimados que narra la gran historia de amor de Beren y Lúthien, un relato cuya historia textual ha sido editada y publicada por Christopher Tolkien en La balada de Beleriand.
La Nota de Christopher sobre el texto de Aotrou e Itroun (véase la nota «2. Tolkien tenía la costumbre de llevar un registro de sus progresos…») cita el «ejemplar en limpio» en el que, según escribe, «mi padre escribió al final una fecha: 23 de septiembre de 1930. Esto es notable», continúa Christopher, «ya que las fechas en el manuscrito de La balada de Leithian corren consecutivamente durante una semana desde el 25 de septiembre de 1930 (frente al verso 3220), mientras que la fecha anterior en el manuscrito es noviembre de 1929 (frente al verso 3031, aparentemente refiriéndose a adelante). Es evidente, pues, que Aotrou e Itroun interrumpió la composición del Canto X de La balada de Leithian».
No ha salido a la luz ninguna fecha de comienzo de Aotrou e Itroun, pero el grupo de fechas citadas en la Nota de Christopher —noviembre de 1929 frente al verso 3031 de La balada de Leithian, el 23 de septiembre marcando el final del ejemplar en limpio de Aotrou e Itroun, y el 25 de septiembre frente al verso 3220 para la reanudación del Canto X de La balada de Leithian— apoyan la conclusión de que en noviembre de 1929 Tolkien interrumpió su copia del Canto X de La balada de Leithian durante casi un año y que el producto de esa interrupción fue Aotrou e Itroun, tal vez incluso toda la secuencia «bretona» que comienza con «La córrigan» I.
Dado que todos los poemas aquí incluidos se interconectan y se solapan en el tratamiento del material compartido, ha parecido mejor, en aras de la claridad, separarlos en secciones más breves, de manera que cada poema vaya seguido de notas y comentarios. La Parte I contiene el poema que da título al libro, publicado originalmente en The Welsh Review. La Parte II introduce los dos poemas (presumiblemente) preliminares que conducen a él, que Christopher Tolkien ha tratado juntos como una combinación, ya que están unidos por el título. Se trata de «La córrigan» I, la historia de un niño robado, y «La córrigan» II, subtitulado «Una balada bretona —según “Aotrou Nann Hag ar Gorrigan” una balada de Léon». «La córrigan» II sigue estrechamente la fuente bretona, pero carece de los elementos mencionados por Christopher: la falta de hijos de la pareja, la primera visita del Señor a la bruja y que ella es el hada de la fuente. La Parte III incluye una transcripción del manuscrito en limpio que añade esos elementos y páginas facsímiles del manuscrito corregido que fue el texto base para el poema terminado que se publicó en The Welsh Review. La Parte IV compara los poemas de Tolkien con versos del texto original bretón y sus traducciones contemporáneas al francés y al inglés.
…
J.R.R. Tolkien. Escritor y lingüista británico, Tolkien es conocido principalmente por su trilogía de El señor de los anillos, obra de fantasía considerada como todo un clásico de la literatura universal y que comparte escenario con otra de sus grandes novelas, El hobbit. Nacido en Sudáfrica, Tolkien creció en Inglaterra y estudió en el Exeter College, destacando ya por su facilidad para las lenguas, algo que corroboraría a nivel universitario con sus estudios en Oxford.
Tolkien luchó en la Primera Guerra Mundial donde pasó una larga convalecencia, ocasión que aprovechó para comenzar su serie de relatos que se convertiría en El libro de los cuentos perdidos.
De vuelta a Oxford con su esposa e hijos, Tolkien inició una carrera como lingüista, siendo profesor en el Pembroke College, etapa en la que siguió escribiendo en el mundo que ya había esbozado en sus anteriores relatos, llegando a publicar El Hobbit (1937), obra que, si bien en principio iba dedicada a un público más juvenil, consiguió la atención de un mercado más amplio.
Es en esta época de Oxford en la que Tolkien formaría parte del grupo literario conocido como los Inklings, en el que entablaría una amistad con el escritor C. S. Lewis, autor de Las crónicas de Narnia.
De 1945 a 1959, Tolkien pasó a ocupar un puesto como profesor en la Universidad de Merton. Tras la publicación de El Hobbit, Tolkien había estado en su continuación, orientado esta vez a un público adulto. El resultado fue El señor de los anillos, obra que, por decisión editorial, acabó siendo publicada en tres partes. El señor de los anillos resultó un grandísimo éxito de crítica y público, convirtiéndose en un claro referente para toda la literatura fantástica posterior, siendo traducido a numerosos idiomas y alcanzando unas impresionantes cifras de ventas en todo el mundo.
De vuelta a Oxford, Tolkien recibió numerosos homenajes y reconocimientos académicos a lo largo de su carrera, así como distinciones como la Cruz del Imperio Británico o numerosos honoris causa. Durante esta última etapa Tolkien siguió escribiendo relatos y ensayos que han sido recopilados, en su mayor parte, gracias a la labor de su hijo Christopher.
De entre la obra de Tolkien, además de los ya mencionados El hobbit y El señor de los anillos, habría que destacar títulos como Los cuentos inconclusos, El Silmarillion, Los hijos de Hurin o, dentro de sus cuentos más infantiles, Roverandom o El herrero de Wootton Mayor.
La adaptación de El señor de los anillos al cine en 2001 por Peter Jackson -aunque Ralph Baski ya lo había intentado en los años 70 sin demasiada suerte-, supuso un éxito mundial, consiguiendo el récord de Premios Oscar para una trilogía y revitalizando el estudio de la obra de Tolkien.
Tolkien murió en Bournemoth el 2 de septiembre de 1973.