Karma

Karma - Annie Besant - Desarrollo Personal

Resumen del libro: "Karma" de

Un buen pensamiento se mantiene como una fuerza activa y benéfica, y uno malo como un maléfico demonio. De esta suerte el hombre está continua mente poblando su ambiente con un mundo de su creación, henchido de los brotes de sus caprichos, deseos, impulsos y pasiones, que reaccionan sobre cualquier organismo sensitivo o nervioso puesto en contacto con ellos, en proporción de su dinámica intensidad. El budista llama a este fenómeno su Skandha; el hinduista le denomina Karma.

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CAPÍTULO 1

Karma

Todo desarrollado pensamiento del hombre pasa al mundo interno, y asociado o mejor diríamos entrefundido con una medio inteligente fuerza de los reinos elementales, se convierte en una entidad activa que, como engendrada por la mente, sobrevive durante un período proporcional a la intensidad del impulso que la generó. Así un buen pensamiento se mantiene como una fuerza activa y benéfica, y uno malo como un maléfico demonio. De esta suerte el hombre está continua mente poblando su ambiente con un mundo de su creación, henchido de los brotes de sus caprichos, deseos, impulsos y pasiones, que reaccionan sobre cualquier organismo sensitivo o nervioso puesto en contacto con ellos, en proporción de su dinámica intensidad. El budista llama a este fenómeno su Skandha; el hinduista le denomina karma. El adepto emite conscientemente dichas formas mentales; los demás hombres las emiten inconscientemente. No se ha hecho más gráfica descripción de la esencial naturaleza del karma que la contenida en las precedentes frases tomadas de una de las primeras cartas del Maestro K. H. Si claramente se comprenden en todo su alcance, se desvanecerán la mayor parte de las dudas que oscurecen el asunto, y se percibirá el capital principio subyacente en la acción kármica. Por lo tanto, pueden considerarse dichas frases como la mejor norma de estudio, y así comenzaremos por considerar las facultades creadoras del hombre. Basta para introducción el claro concepto de la inmutabilidad de la ley y el de los planos de la Naturaleza.

CAPITULO 2

LA INMUTABILIDAD DE LA LEY

Es axiomático que vivimos sujetos a leyes inquebrantables. Sin embargo, cuando nos percatamos conscientemente de esta verdad y la reconocemos positivamente en los mundos físico, mental y moral, nos invade un sentimiento de impotencia como si irremediablemente nos agarrase una vigorosa Potestad que nos zarandeara a su antojo. Pero sucede precisamente lo contrario, porque una vez conocida tal potente Potestad, nos conducirá sumisa a donde nosotros queramos, pues posible es utilizar todas las fuerzas naturales en la proporción en que las conozcamos. “Por obediencia se vence a la Naturaleza” y a nuestra disposición se hallan sus irresistibles energías en cuanto por el conocimiento actuamos con ellas y no contra ellas. En los inagotables depósitos de la Naturaleza podemos escoger las fuerzas que en intensidad, dirección y sentido mejor sirvan a nuestro propósito, y su inmutabilidad afianza nuestro éxito. De la inmutabilidad de la ley dependen los experimentos científicos y todo el poder de trazar un proyecto y predecir el resultado. En esto se funda el químico, seguro de que la Naturaleza dará siempre las mismas respuestas a las mismas preguntas. La alteración del resultado significa para el químico que equivocó el procedimiento y no que la Naturaleza haya mudado el suyo. Lo mismo sucede respecto de las acciones humanas. Cuanto mayor sea el conocimiento, tanto mayor seguridad habrá en el resultado, pues los que llamamos “accidentes” provienen de la acción de ciertas leyes desconocidas o desdeñadas. También como en el mundo físico, pueden proyectarse, calcularse y predecirse los resultados en los mundos mental y moral. La Naturaleza nunca nos traiciona. Traicioneras son nuestra ceguedad e ignorancia. En todos los mundos el poder es proporcional al conocimiento y se identifican la omnisciencia y la omnipotencia. La ley debe de ser tan inmutable en los mundos mental y moral como en el físico, pues el universo es la emanación del Absoluto y la Ley no es más que la expresión de la Divina Naturaleza. Así como toda vida emana de la única Vida, así hay una suprema Ley que todo lo sostiene y como roca de la Divina Naturaleza es el seguro e inconmovible fundamento de todos los mundos.

CAPITULO 3

LOS PLANOS DE LA NATURALEZA

Para estudiar las operaciones del karma, según la norma indicada por el Maestro, hemos de tener claro concepto de los tres planos o mundos inferiores del universo o de la Naturaleza, y de los Principios con ellos relacionados. Los nombres que se les dan indican el estado de conciencia en ellos actuante. Puede ayudamos a la comprensión un diagrama de los planos con los Principios correspondientes, y con los vehículos en que una entidad consciente es capaz de actuar en ellos. El Ocultismo práctico le enseña al estudiante a visitar dichos planos, y por medio de su propia investigación transmutar la teoría en positivo cono cimiento. El vehículo inferior, el cuerpo denso, le sirve a la conciencia para actuar en el mundo físico, y en este mundo queda limitada la conciencia por las capacidades del cerebro. El término “cuerpo sutil” denota las modalidades del cuerpo astral correspondientes a las diversas condiciones del complicado mundo psíquico. En el mundo o plano devachánico hay dos niveles distintamente definidos: el rúpico o con forma y el arrúpico o sin forma. En el nivel inferior, la conciencia se vale de un cuerpo artificial, el mayavirrupa; pero conviene mejor el término cuerpo mental, porque denota que su materia constituyente pertenece al plano manásico. En el nivel superior, la conciencia se vale del cuerpo causal. Del plano búdico no hay necesidad de tratar.

Karma – Annie Besant

Annie Besant. Fue una mujer que desafió su tiempo y trascendió fronteras, tanto físicas como intelectuales. Escritora incansable, oradora apasionada y activista de espíritu indomable, su vida estuvo marcada por la búsqueda de la verdad y la defensa de los derechos humanos. Nacida en 1847 en Londres, Besant inició su trayectoria como una ferviente defensora del ateísmo y el materialismo científico, pero su espíritu inquieto la llevó a explorar nuevas corrientes filosóficas y espirituales que la transformarían en una de las figuras más influyentes de su era.

Desde joven, su pluma y su voz fueron armas poderosas en la lucha por la justicia. Se alzó como una de las principales oradoras de la Sociedad Nacional Secular y no temió desafiar las normas impuestas por la moral victoriana. En 1877, junto a Charles Bradlaugh, fue procesada por publicar un libro sobre control de la natalidad, un escándalo que la catapultó al ojo público. Su compromiso con los derechos laborales la llevó a participar activamente en la huelga de las cerilleras londinenses de 1888, una de las primeras luchas sindicales protagonizadas por mujeres. Su paso por la política británica fue audaz: fue elegida miembro de la Junta Escolar de Londres, convirtiéndose en una de las pocas mujeres en acceder a este tipo de cargos en un tiempo donde la voz femenina apenas tenía cabida en los asuntos públicos.

Pero Annie Besant no se conformó con la lucha social. En 1890, su encuentro con Helena Blavatsky cambió el rumbo de su vida y la sumergió en los misterios de la teosofía. Pronto se convirtió en una de sus más fervientes exponentes y comenzó un viaje sin retorno hacia Oriente, donde su destino y su misión la esperaban. La India se convirtió en su nuevo hogar y en el escenario de su mayor legado. En 1898, fundó la Universidad Hindú de Benarés, demostrando su compromiso con la educación y la emancipación intelectual de los pueblos. En 1907, asumió la presidencia de la Sociedad Teosófica, consolidándose como una de las voces más influyentes del pensamiento esotérico y espiritual de la época.

La política y la espiritualidad se entrelazaron en su vida con la misma intensidad con la que ella abordaba cada una de sus luchas. Convertida en una ferviente defensora de la independencia de la India, en 1917 fue elegida presidenta del Congreso Nacional Indio, marcando un hito en la historia del país. Su lucha por el autogobierno fue incansable, y ni la represión ni las adversidades lograron apagar su voz. Hasta sus últimos días, siguió defendiendo la libertad, la educación y la expansión del pensamiento humano.

Annie Besant no fue solo una mujer de su tiempo, sino una visionaria que desafió los límites de su época. Su vida fue un testimonio de valentía, intelecto y pasión, y su legado sigue resonando en la historia de los movimientos sociales, filosóficos y espirituales. Escritora prolífica, con más de trescientos libros y folletos en su haber, su influencia sigue viva en aquellos que buscan la verdad más allá de lo evidente y que creen en la fuerza transformadora del pensamiento.