Resumen del libro:
“Juan de Mairena” es una obra magistral que nos sumerge en un mundo de reflexiones profundas y agudas sobre la sociedad, el arte, la cultura, la literatura, la política y la filosofía. Este libro es una creación heterónima del renombrado poeta y docente español, Antonio Machado, quien utiliza el personaje de Juan de Mairena para explorar una amplia gama de ideas y temas de manera innovadora.
La estructura del libro es tan ecléctica como sus contenidos, abarcando desde aforismos clásicos hasta sentencias simples, pasando por diálogos, introspecciones, comentarios eruditos y análisis de refranes populares. Esta diversidad formal es una manifestación de la originalidad esencial de Machado y su capacidad para desafiar las convenciones literarias.
Lo que destaca en “Juan de Mairena” es la manera en que Machado aborda estos temas con ironía, ingenio y una preclara inteligencia. Su buen humor impregna cada página y nos invita a reflexionar profundamente sobre la condición humana, nuestras creaciones teóricas y nuestro comportamiento moral y político. A través de sus palabras, Machado nos conduce a una atalaya desde la cual podemos observarnos con serenidad y escepticismo, y al mismo tiempo, nos incita a la risa y a la sana burla.
A lo largo del libro, los temas se entrelazan de manera habilidosa, desafiando al lector a pensar de manera crítica y a cuestionar lo que creemos saber. La obra utiliza una amplia gama de recursos poéticos, como la ironía sutil, el escepticismo bien articulado, el humor mezclado con realismo cruel y la superficialidad, para explorar y cuestionar numerosos aspectos de la sociedad, la cultura, el arte, la literatura y la filosofía.
En resumen, “Juan de Mairena” es una obra clásica de la literatura española que sigue siendo relevante en la actualidad. Antonio Machado, a través de este personaje ficticio, nos desafía a pensar profundamente sobre el mundo que nos rodea y a cuestionar nuestras propias creencias y acciones. Con su riqueza de ideas, estilo ingenioso y crítica sutil, esta obra es un elemento esencial de reflexión para cualquier lector interesado en la literatura y la filosofía. Sin lugar a dudas, es un clásico que merece ser leído y apreciado, y esta edición, con el prólogo de Alfonso Guerra y los artículos posteriores de Juan de Mairena, enriquece aún más su valor y profundidad.
Habla Juan de Mairena a sus alumnos
I
La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.
AGAMENÓN. Conforme.
EL PORQUERO. No me convence.
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(Mairena, en su clase de Retórica y Poética).
—Señor Pérez, salga usted a la pizarra y escriba: «Los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa».
El alumno escribe lo que se le dicta.
—Vaya usted poniendo eso en lenguaje poético.
El alumno, después de meditar, escribe: «Lo que pasa en la calle».
MAIRENA. No está mal.
* * *
—Cada día, señores, la literatura es más escrita y menos hablada. La consecuencia es que cada día se escriba peor, en una prosa fría, sin gracia, aunque no exenta de corrección, y que la oratoria sea un refrito de la palabra escrita, donde antes se había enterrado la palabra hablada. En todo orador de nuestros días hay siempre un periodista chapucero. Lo importante es hablar bien: con viveza, lógica y gracia. Lo demás se os dará por añadidura.
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(Sobre el diálogo y sus dificultades).
«Ningún comediógrafo hará nada vivo y gracioso en el teatro sin estudiar a fondo la dialéctica de los humores». Esta nota de Juan de Mairena va acompañada de un esquema de diálogo en el cual uno de los interlocutores parece siempre dispuesto a la aquiescencia, exclamando a cada momento ¡Claro!, ¡claro!, mientras el otro replica indefectiblemente: ¡Oh, no tan claro!, ¡no tan claro! En este diálogo, el uno acepta las razones ajenas casi sin oírlas, y el otro se revuelve contra las propias, ante el asentimiento de su interlocutor.
* * *
«Hay hombres hiperbólicamente benévolos y cordiales, dispuestos siempre a exclamar, como el borracho de buen vino: “¡Usted es mi padre!”. Hay otros, en cambio, tan prevenidos contra su prójimo…».
Juan de Mairena acompaña esta nota del siguiente dialoguillo entre un borracho cariñoso y un sordo agresivo:
—Chóquela usted.
—Que lo achoquen a usted.
—Digo que choque usted esos cinco.
—Eso es otra cosa.
* * *
(Sobre la verdad).
Señores: la verdad del hombre —habla Mairena a sus alumnos de Retórica— empieza donde acaba su propia tontería. Pero la tontería del hombre es inagotable. Dicho de otro modo: el orador, nace; el poeta se hace con el auxilio de los dioses.
* * *