Fantasmagoría
Resumen del libro: "Fantasmagoría" de Lewis Carroll
Fantasmagoría es un libro muy corto del afamado autor de Alicia en el País de las Maravillas, se trata de un poema narrado en el que un pequeño fantasma se cuela en casa de un hombre. El fantasma, como es joven y parlanchín, establece una conversación, que tiene muchos tintes de monólogo, en el que cuenta los entresijos de la vida fantasmagoril. Así, utilizando todo el ingenio que nos ha demostrado Lewis Carroll en otros de sus trabajos, nos vamos metiendo un pie en el mundo imaginario y el real y jugando con la realidad, la ficción y las medias tintas con mucho sentido del humor y situaciones felices. Tiene rimas graciosas y mucha dosis de su fantasía, es un relato entretenido y que creo que te gusta este autor no debes dejarlo pasar.
CANTO I
LA CITA
Una noche de invierno, a las nueve y media, helado, cansado, enfadado y sucio de barro, llegué a casa, demasiado tarde para comer, aunque la cena, los puros y el vino me esperaban en el estudio.
Una novedad había en la habitación
y algo blanco y ondulante
permanecía a mi lado en la penumbra.
Pensé que era la escoba de la alfombra que la descuidada doncella había dejado allí.
Pero de repente esa cosa empezó
a temblar y estornudar.
Ante lo cual yo dije: “¡Vamos, vamos, amigo!
No es muy considerada esa actitud.
¡Por favor, no hagas tanto ruido!”
“Me he constipado”, dijo la cosa,
“ahí fuera durante el aterrizaje.”
Me volví sorprendido
y allí, frente a mis ojos,
¡me encontré un pequeño fantasma!
Cuando le reprendí, tembló de pies a cabeza y se escondió detrás de una silla
“¿Cómo has llegado hasta aquí?”, dije. “¿Por qué has venido?”
Nunca vi nada tan tímido.
“¡Sal de ahí! ¡Deja de temblar!”
Dijo: “Encantado le diré cómo
y también por qué he venido.
Pero…” (entonces se inclinó levemente).
“Ahora está usted de tan mal humor que pensará que todo es mentira.”
“Y en cuanto a lo de estar asustado, permítame observar
que los fantasmas tenemos el mismo derecho, en todos los aspectos., a temer a la luz igual que los humanos teméis a la oscuridad.”
“Ningún pretexto”, dije, “puede excusar la cobardía que he observado en ti.
Porque los fantasmas podéis visitarnos cuando queréis, mientras que los humanos no podemos rechazar la visita.”
Respondió: “Alarmarse
es algo natural, ¿no es así?
Realmente yo temí que usted quisiera hacerme daño.
Pero, ahora que veo que se ha calmado, deje que le explique mi visita.
“Las casas están clasificadas, tengo el honor de decirle, según el número
de fantasmas que albergan.
(El inquilino apenas cuenta como carga, junto con el carbón y otros trastos.
Ésta es la casa de ‘un solo fantasma’, y cuando usted llegó el pasado verano, podía haber advertido la presencia de un espectro que estaba haciendo todo lo que hacen los fantasmas para dar la bienvenida a un recién llegado.
Esto siempre se hace en las villas…
no importa a cuánto ascienda el alquiler, porque, aunque desde luego es menos divertido que sólo haya sitio para uno,
los fantasmas tenemos que acceder.
Ese espectro le dejó el día tres…
y desde entonces usted no ha sido visitado, ya que él nunca nos dijo una palabra, sino que, accidentalmente, oímos
que aquí alguien se necesitaba.
Por derecho, los espectros eligen los primeros, a la hora de cubrir una vacante.
Luego, los fantasmas, los elfos, las hadas y los duendes…
Y si todos éstos fallan, se invita
al espíritu necrófago más simpático que se encuentre.
Los espectros dijeron que el lugar era humilde y que usted guardaba un vino muy malo.
Así que tuvo que venir un fantasma
y, como yo era el primero, ya sabe, no pude negarme.”
“Sin duda”, dije, “eligieron al mejor que podían enviar,
¡Aunque elegir a un mocoso como tú
para visitar a un hombre de cuarenta y dos, no ha sido un gran detalle!”
“No soy tan joven, señor”, contestó,
“como usted piensa. El hecho es que en cavernas al lado del mar
y en otros lugares, que me ha tocado probar, he adquirido una gran experiencia.
Pero hasta ahora nunca he formado parte estrictamente de una casa,
y con las prisas olvidé
las Cinco Normas Básicas de la Etiqueta que de memoria debernos conocer.
Mis sentimientos pronto aceptaron
al pequeño individuo.
…
Lewis Carroll. Escritor inglés nacido el 27 de enero de 1832 en Daresbury, Cheshire, y fallecido el 14 de enero de 1898 en Guildford, Surrey. Su verdadero nombre era Charles Lutwidge Dodgson, con el que publicó numerosos tratados de matemáticas y lógica. En todo caso, es principalmente conocido por sus obras literarias y, en menor medida, por ser uno de los principales fotógrafos de la época victoriana.
Tras estudiar en Richmond y en el Rugby School, Caroll pasó al Christ Church College de la Universidad de Oxford, en el que tras terminar sus estudios quedó como profesor durante un cuarto de siglo.
Carroll empezó publicando poemas y cuentos de corte humorístico y/o satírico en pequeñas publicaciones locales. Tras adoptar su seudónimo, y después de un paseo en barca por el Támesis junto a las hijas pequeñas de un compañero del Christ Church College, escribió Alice's Adventures in Wonderland (Alicia en el país de las maravillas, escrito en 1862 y publicado finalmente en 1865 con ilustraciones de Sir John Tenniel) basado en las improvisadas historias que les contó ese día a las niñas.
La obra tuvo una gran acogida, lo que motivó la publicación de una segunda parte titulada Through the Looking-Glass and what Alice Found There (Alicia a través del espejo, 1872).
Otra obra imprescindible en la bibliografía del inmortal autor inglés es el poema paródico The Hunting of the Snark (La caza del Snark, 1876), emparentado con el mucho más corto (y famoso) Jabberwocky, incluido en Alicia a través del espejo.