Resumen del libro:
La presente edición fascimilar es de carácter anónimo publicada por la Sociedad de Ciencias Ocultas. Valentín Acha, Barcelona, en 1898. La impresión original consta de 80 págs., 20 grabados a dos tintas fuera de texto. Contiene los siguientes temas: ceremonia mágica para que los luciferanos celebren su evocación de los espíritus de los difuntos, formulario para las evocaciones, talismanes, triángulos, sierpes, espejos y otros objetos mágicos, el basilisco y el talismán, modo de magnetizar a las personas sanas y enfermas, magia adivinatoria, y Himno a Satán. Obra atribuida a Stanislas de Guaita, uno de los pioneros en el ocultismo de la Francia del siglo XIX y gran maestre de una orden rosacruz. Esta obra posiblemente fue publicada después de su muerte.
Prólogo
La presente edición fascimilar es de car ácter anónimo publicada por la Sociedad de Ciencias Ocultas. Valentín Acha, Barcelona, en 1898. La impresión original consta de 80 págs., 20 grabados a dos tintas fuera de texto. Contiene los siguientes temas: ceremonia mágica para que los luciferanos celebren su evocación de los espíritus de los difuntos, formulario para las evocaciones, talismanes, triángulos, sierpes, espejos y otros objetos mágicos, el basilisco y el talismán, modo de magnetizar a las personas sanas y enfermas, magia adivinatoria, y Himno a Satán. Obra atribuida a Stanislas de Guaita, uno de los pioneros en el ocultismo de la Francia del siglo XIX y gran maestre de una orden rosacruz. Esta obra posiblemente fue publicada después de su muerte.
Este documento es una reproducción auténtica del texto original impreso. A pesar de que hemos tratado de mantener la integridad de la obra original, la presente impresión puede tener errores de menor importancia fuera de nuestro control como: manchas, páginas perdidas o borrosas e imágenes pobres debido al estado de conservación del libro por su antiguedad. Este libro es una reproducción facsimilar del texto original impreso.
EN EL TEMPLO DE SATÁN
LA MISA NEGRA
Importante ceremonia mágica que los luciferanos celebran para evocar los espíritus de los fieles difuntos
Existe en nosotros algo que no está sujeto a las leyes de la muerte; espíritus, almas o cuerpos astrales que abandonan la materia en el instante que ésta penetra en el gran laboratorio, para real izar su transformación.
No es posible, sin el auxilio de la revelación, de las apariciones o de la comunicación medianímica, que la razón humana se halle en estado de formar conjeturas precisas sobre la suerte que cabe al alma o al espíritu separado del cuerpo.
Algunos hombres más instruidos y más reflexivos que los otros; los Espiritistas, los Teósofos, los Dentistas y cuantos se dedican a estudios psicológicos, saben que existe el Mundo de los espíritus, llamémosle así para mejor y más clara comprensión, donde moran miríadas de millones de almas que no son indiferentes a los asuntos de este nuestro mundo material y ejercen influencia sobre nosotros, y sobre todo lo que vive en el planeta tierra. Estos espíritus no son invisibles más que para los desgraciados mortales que ni ven ni oyen, ni experimentan sensación alguna como no sea por medio de los imperfectos órganos físicos.
Los iniciados, los convencidos, los investigadores, los que lian educado convenientemente la voluntad, los espíritus meditabundos, los modernos alquimistas precursores de la química del porvenir en cuyas retortas se fabricará la materia cósmica y la luz astral: estos son los hombres que están en continua relación con los espíritus, recibiendo de ellos importantes revelaciones, haciéndoles aparecer en algunos
casos con la forma material que tuvieron en vida, y cambiando a su capricho las leyes de la naturaleza.
Los estudios y las experiencias hechas por los hombres más eminentes del mundo de la ciencia y las publicadas por el coronel Rochas, sobre la exteriorización de la inutilidad y de la sensibilidad, colocan fuera de toda duda la existencia del espíritu independiente de la materia.
Existe, pues, el alma de un difunto y puede materializarse la envoltura tomando la forma exterior que tenia durante la vida.
Estas almas que habitan en los diferentes planos astrales, acuden a las evocaciones cuando son hechas en su tiempo y lugar y con arreglo a fórmulas establecidas:
Hay en el espacio espíritus que podemos llamar infernales como los hay celestiales.
El espíritu de un criminal en estado de larva, ocupa el mismo plano que el del hombre honrado; éste se elevará a las regiones luminosas desde donde prodigará su benéfica influencia, mientras aquél, demonio del mundo espiritual, permanecerá cerca de la tierra largo tiempo; acudirá solícito a los llamamientos infernales, saturará el ambiente de maldad, reinará entre los criminales, obedecerá los mandatos de
los hombres de mala voluntad; de las rameras, de los que se entreguen a él en cuerpo y alma por medio de pactos firmados con sangre; presidirá los grandes aquelarres, oficiará en la Misa negra.
Desde la más remota antigüedad, algunos hombres y unas pocas mujeres, cuya misión en la tierra ha sido la de practicar el mal entre sus semejantes, han pactado con Satanás y cu continua comunicación con los espíritus infernales, cubierto el mundo de lágrimas y sangre.
Su obra ha sido y es actualmente la de arruinar las familias; incendiar los campos y las viviendas; abrasar por medio del rayo los cuerpos de aquellos a quienes odian; impedir el goce material entre el hombre y la mujer: producir ruidos durante la noche en las casas habitadas; provocar guerras; cometer asesinatos; sembrar la discordia entre los matrimonios y cutre los amantes; componer filtros; hacer enloquecer a las personas y rabiar a los perros; producir sequías, inundaciones, tormentas, pedriscos, cólera, tifus, viruela, lepra, cáncer, sífilis y sarna; que las mujeres engendren reptiles y machos cabríos o permanezcan estériles; que las vírgenes se prostituyan con los endemoniados.
…