Resumen del libro:
«El reino de Dios está en vosotros me abrumó. Me marcó para siempre». Con estas palabras definió Gandhi esta obra tan polémica, por la cual se reconocerá a Tolstói no sólo como a un genio de la literatura, sino también como a un pensador que influyó en los movimientos pacifistas de todo el mundo.
En este texto, Lev Tolstói, para quien la no resistencia constituye la esencia del cristianismo, muestra cómo la Iglesia ha pervertido las enseñanzas de Jesús y ha hecho posible conciliar dos conceptos totalmente incompatibles: violencia y religión. El escritor ruso rechaza todos los episodios relacionados con los milagros que encontramos en el Nuevo Testamento, porque considera que estos milagros no son más que añadidos posteriores, reflejo de que los hombres no comprendieron la fuerza de la doctrina de Cristo y recurrieron a toda clase de milagros mágicos para justificar su divinidad.
La obra fue censurada en Rusia, aunque circuló clandestinamente, fue ampliamente discutida por la crítica rusa, y rápidamente publicada en Alemania, Francia, Inglaterra y Estados Unidos. En 1901 Tolstói fue excomulgado por el Santo Sínodo.
En 1884 escribí un libro titulado ¿En qué consiste mi fe?, en el cual expuse verdaderamente mis creencias.
Al exponer mis creencias en las enseñanzas de Cristo no pude dejar de expresar los motivos por los que no creo en la doctrina de la Iglesia —habitualmente llamada cristianismo—, y por qué razón considero que esta doctrina es errónea.
Entre las muchas desviaciones de esta doctrina respecto a las enseñanzas de Cristo señalé cuál es la principal, esto es, el no reconocer el mandamiento sobre la no resistencia al mal con la violencia, que es la desviación más evidente que muestra la tergiversación que la doctrina de la Iglesia ha hecho de las enseñanzas de Cristo.
Sabía muy poco, como todos nosotros, acerca de lo que se había hecho, preconizado y escrito en el pasado respecto a la cuestión de la no resistencia al mal. Conocía lo que han manifestado sobre esta materia los Padres de la Iglesia —Orígenes, Tertuliano y otros—, así como la existencia de las llamadas sectas menonitas, la Comunidad de Herrnhuter y los cuáqueros, que no aceptan que los cristianos recurran a las armas y que se niegan a servir en el ejército. Pero lo que estas llamadas sectas habían hecho para dilucidar esta cuestión me era poco conocido.
Mi libro, como era de esperar, fue prohibido por la censura rusa, pero en parte por mi reputación como escritor y, en parte, porque el tema suscitaba interés entre la gente, fue difundido en Rusia en forma de manuscritos y litografías, y fue traducido en el extranjero. Esto originó que los que comulgan con mis ideas me hicieran llegar una serie de informaciones acerca de ensayos escritos sobre esta misma materia y, por otro lado, generó una serie de críticas a las ideas que yo había expuesto en mi libro.
Tanto lo uno como lo otro, más los sucesos históricos de los últimos tiempos, me han ayudado a comprender muchas cosas, y me han llevado a nuevas conclusiones que quiero formular a continuación.
En primer lugar hablaré sobre las informaciones que he recibido acerca de la historia de la cuestión de la no resistencia al mal; después, sobre las opiniones respecto a esta materia por parte de los críticos, tanto religiosos (es decir, que profesan la religión cristiana) como laicos (es decir, que no profesan la religión cristiana). Finalmente hablaré sobre las conclusiones a las que he llegado gracias a los unos, a los otros y a los sucesos históricos que se han producido en los últimos tiempos.
L. TOLSTÓI