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El pintor de su deshonra

Resumen del libro:

El pintor de su deshonra es una obra de teatro del dramaturgo español Pedro Calderón de la Barca, escrita en 1635. Se trata de una tragedia que narra la historia de Don Juan Roca, un noble que sospecha que su esposa Doña Serafina le es infiel con su primo Don Enrique. Para confirmar sus sospechas, Don Juan se disfraza de pintor y se introduce en el palacio de su rival, donde presencia una escena de amor entre los supuestos amantes. Consumido por la ira y el celo, Don Juan decide vengarse de los dos y los asesina brutalmente. Sin embargo, al final se descubre que todo fue una confusión y que Doña Serafina era inocente.

La obra es una muestra del talento de Calderón para crear situaciones dramáticas y personajes complejos, que se debaten entre el honor, el amor y la pasión. El tema de la honra y la deshonra es central en la obra, y se refleja en el contraste entre los personajes principales: Don Juan, que antepone su orgullo a la verdad y actúa impulsivamente; y Doña Serafina, que defiende su virtud hasta el final y se resigna a su destino. La obra también explora el papel de la mujer en la sociedad del Siglo de Oro, que estaba sometida al poder y al juicio del hombre.

El pintor de su deshonra es una obra que merece ser leída y apreciada por su valor literario e histórico. Es una obra que nos muestra la visión del mundo de Calderón y de su época, marcada por el rigor moral y religioso, pero también por las pasiones humanas. Es una obra que nos invita a reflexionar sobre la naturaleza del amor, la justicia y el honor.

​Personas que hablan en ella

DON JUAN ROCA.

JUANETE, su criado.

DON LUIS, viejo.

PORCIA, su hija.

DON ÁLVARO, su hermano. DON PEDRO, viejo.

SERAFINA, su hija.

EL PRÍNCIPE DE URSINO.

FLORA, criada.

JULIA, criada.

CELIO.

FABIO.

[BELARDO, vejete.]

Jornada I

Sale DON JUAN vestido de camino por una puerta y DON LUIS por otra.

DON LUIS Otra vez, don Juan, me dad, y otras mil veces los brazos.

DON JUAN Otra y otras mil sean lazos de nuestra antigua amistad.

DON LUIS ¿Cómo venís?

DON JUAN Yo me siento tan alegre, tan ufano, tan venturoso, tan vano, que no podrá el pensamiento encareceros jamás las venturas que poseo, porque el pensamiento creo que aun ha de quedarse atrás.

DON LUIS Mucho me huelgo de que os haya en Nápoles ido tan bien.

DON JUAN Más dichoso he sido de lo que yo imaginé.

DON LUIS ¿Cómo?

DON JUAN Ya os dije, señor don Luis, cuando por aquí pasé, que aunque siempre fui poco inclinado al amor, de mis deudos persuadido, de mis amigos forzado, traté de tomar estado; siendo así que divertido en varias curiosidades, dejé pasar la primera edad de mi primavera.

DON LUIS Ya sé las dificultades que hubo en vuestra condición para esa plática; y que siempre que en ella os hablé, hallé vuestra inclinación muy contraria, habiendo sido de vuestro divertimiento lo postrero el casamiento, pues en libros suspendido gastabais noches y días.

Y si para entretener tal vez fatigas del leer, con vuestras melancolías treguas tratábades, era lo prolijo del pincel su alivio, porque aun en él parte el ingenio tuviera; de cuyo noble ejercicio, que en vós es habilidad, o gala, o curiosidad, pudiera otro hacer oficio.

Pues es tanta la destreza con que sus líneas formáis, que parece que le dais ser a la naturaleza; cuando vuestro huésped fui, y en esto ocupado os vía, me acuerdo lo que os reñía.

DON JUAN Pues siendo todo eso así, ya rendido a la atención de mis deudos, o a que fuera lástima que se perdiera, faltándome sucesión, un mayorazgo que creo que es ilustre y principal y no de poco caudal, correspondí a su deseo; y dando, lo que no había hecho en mi menor edad, lugar a la voluntad que hasta entonces no tenía, tomar estado traté dando a mi prima la mano, que es hija del castellano de Santelmo.

DON LUIS Ya lo sé; y ya os dije, cuando aquí al pasar mi huésped fuisteis, la buena elección que hicisteis.

DON JUAN Pues más lo es hoy.

DON LUIS ¿Cómo así? DON JUAN Como aunque mi pecho ingrato, por las noticias que tuvo desde allá, inclinada estuvo de Serafina al retrato, después que vio a Serafina, tan del todo se rindió que aun yo no sé si soy yo.

DON LUIS Es su hermosura divina, es su ingenio singular: de uno y otro soy testigo.

DON JUAN Hoy, en fin, viene conmigo a ser Venus deste mar o Flora de sus riberas, por no perder la ocasión para nuestra embarcación, en llegando las galeras.

Su padre con ella viene, que hasta Gaeta ha querido acompañarla. Esta ha sido la causa porque previene mi amistad adelantarme; porque, como os ofrecí ser vuestro huésped aquí cuando volviese a embarcarme, he querido prevenirlos del forzoso inconveniente de venir con tanta gente; y así, me atrevo a pediros…

DON LUIS ¿Qué?

DON JUAN Que licencia me deis para ir a mi posada, que estará ya aderezada.

DON LUIS Notable agravio me hacéis. ¿Soy hombre yo que pudiera, igual dicha deseando, nada embarazarme, cuando todo Nápoles viniera con vós?

DON JUAN Ya sé lo que os debo pero…

DON LUIS No hay qué responder: o a mi casa o a no ser más amigos.

DON JUAN No me atrevo a aventurar amistad tan segura y verdadera.

DON LUIS ¿Tan gran desaire pudiera hacerse a mi voluntad? Más y más, cuando por solo esto, si os digo verdad, estoy en el gobierno hasta hoy.

DON JUAN ¿Cómo?

DON LUIS Como había dispuesto retirarme a mi hacenduela, postrado a los desengaños de mis ya prolijos años; que como no me desvela en adquirir, desde el día que a don Álvaro perdí, estoy ya violento aquí.

DON JUAN Confieso que no querría hablaros en esto, pero ya la plática salió: ¿nunca dél supisteis?

DON LUIS No, sino el aviso primero, que fue, habiéndose embarcado a negocios que en España tuvo, que esa azul campaña le sepultó derrotado del bajel. Desto tuvimos aviso porque una nave, que de la tormenta grave venir a abrigarse vimos, contó cómo a pique había visto irse su bajel.

DON JUAN ¿Y cómo supo ser él?

DON LUIS Como era desdicha mía. Venía de Barcelona, donde el viaje había de hacer, y lo confirma el no haber noticia de su persona; mas no hablemos más en esto. ¿Cuándo decís que vendrá vuestra esposa?

DON JUAN Ya estará cerca de aquí.

DON LUIS Pues id presto a esperarla y a decirla de mi parte que ir no puedo a servirla, porque quedo ocupado acá en servirla.

DON JUAN De esa suerte lo diré, pues vós…

DON LUIS No me digáis más. (Vase, y sale PORCIA.) ¿Porcia?

PORCIA ¿Señor?

DON LUIS Ya sabrás (mil veces te lo conté) las grandes obligaciones que a don Juan Roca he tenido.

PORCIA Que eres su amigo te he oído decir en mil ocasiones.

DON LUIS Pues has de saber, que ya con su esposa por aquí vuelve.

PORCIA ¿Serafina?

DON LUIS Sí, y hasta embarcarse, será mi huésped.

PORCIA Yo lo agradezco de mi parte.

DON LUIS ¿Qué te obliga?

PORCIA Ser Serafina mi amiga, y pensará que la ofrezco el hospedaje.

DON JUAN Está bien; y supuesto, siendo así, que por ti, Porcia, y por mí agasajarlos es bien, te ruego que a tus criadas las mandes aderezar ese cuarto en que han de estar. PORCIA Prevenciones excusadas son: ¿cuándo no está, señor, uno y otro apercebido para huéspedes, si has sido aun más que gobernador, hostelero?

DON JUAN Mi contento es festejar a quien pasa.

(Sale JUANETE de camino.)

JUANETE Paz sea en aquesta casa, y a ese propósito un cuento. «Llegando una compañía de soldados a un lugar, empezó un villano a dar mil voces en que decía:

‘¡Dos soldados para mí!’.

‘Lo que excusar quieren todos -dijo uno-, ¿con tales modos pides?’. Y él respondió: ‘Sí, que aunque molestias me dan cuando vienen, es muy justo admitirlos por el gusto que me hacen cuando se van’». Con esto, pues, y con que mi amo aquí manda esperar, dadme los dos a besar, vós la mano y vós el pie.

DON LUIS Juanete, seas bien venido, que ya te echaba mi amor menos viendo a tu señor.

PORCIA ¿Cómo de boda te ha ido? JUANETE «Convidole a merendar un cortesano en el río a un forastero, y muy frío le dio un pollo al empezar. Pidió de beber y estaba tan caliente la bebida como fría la comida. Viendo, pues, que nada hallaba a propósito, cogió el pollo, y con sutil traza, le echó dentro de la taza.

El amigo que tal vio, ‘¿Qué hacéis?’ dijo. Él impaciente respondió: ‘Así determino hacer que el pollo enfríe el vino o el vino al pollo caliente’».

El pintor de su deshonra: una obra maestra de Pedro Calderón de la Barca

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