Resumen del libro:
“El Perro del Hortelano” es una obra literaria escrita por el prolífico dramaturgo español Lope de Vega en el Siglo de Oro. Esta comedia, que se ha convertido en una de las piezas más emblemáticas del teatro del período, aborda temas de amor, celos y las complejidades de las relaciones humanas con aguda perspicacia y humor.
Lope de Vega, un autor fundamental de la literatura española, se destacó por su habilidad para mezclar elementos cómicos y dramáticos en sus obras teatrales. A través de su pluma, creó personajes memorables y situaciones intrigantes que resonaban con el público de su época y continúan cautivando a las audiencias en la actualidad.
La trama de “El Perro del Hortelano” gira en torno a Diana, una condesa de Belflor que posee un carácter perspicaz e inteligente, pero también es impulsiva y envidiosa. Enamorada de su secretario, Teodoro, se siente desesperada al descubrir que él está comprometido con Marcela. Los celos y la envidia la consumen, y su afán se centra en separar a los dos amantes.
La obra se desarrolla en una serie de enredos y malentendidos, donde los personajes se ven atrapados en situaciones cómicas y embarazosas. Lope de Vega juega hábilmente con los estereotipos de la comedia clásica y ofrece una mirada aguda sobre la naturaleza humana y sus debilidades.
“El Perro del Hortelano” es un ejemplo sobresaliente de la maestría de Lope de Vega en la creación de tramas ingeniosas y personajes multifacéticos. A través de esta comedia, el autor nos invita a reflexionar sobre las complejidades del amor y las consecuencias de los celos y la envidia en nuestras vidas, todo ello presentado con un toque de humor que sigue siendo relevante y entretenido en la actualidad.
Acto I
Salen TEODORO, con una capa guarnecida de noche, y TRISTÁN, criado. Vienen huyendo.
TEODORO
Huye, Tristán, por aquí.
TRISTÁN
Notable desdicha ha sido.
TEODORO
¿Si nos habrá conocido?
TRISTÁN
No sé; presumo que sí.
(Váyanse y entre tras ellos DIANA, condesa de Belflor.)
DIANA
¡Ah, gentilhombre! ¡Esperad!
¡Teneos! ¡Oíd! ¿Qué digo?
¿Esto se ha de usar conmigo?
Volved, mirad, escuchad.
¡Hola! ¿No hay aquí un crïado?
¡Hola! ¿No hay un hombre aquí?
Pues no es sombra lo que vi,
ni sueño que me ha burlado.
¡Hola! ¿Todos duermen ya?
(Sale FABIO, criado.)
FABIO
¿Llama vuestra señoría?
DIANA
Para la cólera mía
gusto esa flema me da.
Corred, necio, enhoramala,
pues merecéis este nombre,
y mirad quién es un hombre
que salió de aquesta sala.
FABIO
¿Desta sala?
DIANA
Caminad,
y responded con los pies.
FABIO
Voy tras él.
DIANA
Sabed quién es.
¿Hay tal traición, tal maldad?
(Sale OTAVIO.)
OTAVIO
Aunque su voz escuchaba,
a tal hora no creía
que era vuestra señoría
quien tan aprisa llamaba.
DIANA
¡Muy lindo santelmo hacéis!
¡Bien temprano os acostáis!
¡Con la flema que llegáis!
¡Qué despacio que os movéis!
Andan hombres en mi casa
a tal hora, y aun los siento
casi en mi propio aposento
(que no sé yo dónde pasa
tan grande insolencia, Otavio),
y vós, muy a lo escudero,
cuando yo me desespero,
¿ansí remediáis mi agravio?
OTAVIO
Aunque su voz escuchaba
a tal hora, no creía
que era vuestra señoría
quien tan aprisa llamaba.
DIANA
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