El palacio de Gripsholm
Resumen del libro: "El palacio de Gripsholm" de Kurt Tucholsky
Una pareja de amantes, unida por una profunda amistad, pasa unos cortos días de felicidad en un lugar idílico de Suecia, lejos de la vida cotidiana. La inimitable mezcla de humor, ironía, melancolía, romanticismo y realismo capta al lector desde la primera página. En «El palacio de Gripsholm» (1931) están presentes todas las cualidades singulares de su autor. Aparentemente sin mensaje político, es solamente una pequeña historia de amor. Un cuento de verano. Kurt Tucholsky (1890-1935) es uno de los más importantes autores alemanes del primer tercio del siglo XX, famoso por su aguda y brillante crítica literaria y política.
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Editorial Ernst Rowohlt
Passauer Strasse, 8/9
Berlín W 50
8 de junio
Querido Sr. Tucholsky:
Muchas gracias por su carta del 2 de junio. Hemos tomado nota de su deseo. Hoy quiero hablarle de otro tema.
Como Vd. sabe, últimamente he publicado todo tipo de libros políticos, de los que Vd. ya se ha ocupado suficientemente. Pero ahora quiero dedicarme de nuevo a cultivar las «bellas letras». ¿No tiene Vd. nada de eso? ¿Qué le parecería una pequeña historia de amor? ¡Piénseselo, por favor! Un libro que no salga caro y le haré una primera edición de diez mil ejemplares. Los libreros amigos me dicen cada vez que les visito que esto es lo que le gusta a la gente. ¿Qué me dice?
En su cuenta tiene Vd. un saldo a su favor de 46 marcos, ¿a dónde quiere que se los envíe?
Le saluda atentamente
(Rúbrica monumental) Ernst Rowohlt
10 de junio
Querido Sr. Rowohlt:
Gracias por su carta del 8 de junio.
Así que una historia de amor… querido maestro. ¿Cómo se lo imagina Vd.? ¿Amor en los tiempos actuales? ¿Ama Vd.? ¿Quién ama hoy día?
En todo caso, mejor sería una pequeña historia de verano.
La cosa no es fácil. Vd. bien sabe que me repugna importunar al público con mis chismes privados, por lo que queda descartado. Además, engaño a las mujeres con mi máquina de escribir y por tanto no experimento ninguna vivencia romántica. ¿Pretende que me invente la historia? Fantasía es algo que sólo tienen los comerciantes, cuando no pueden pagar. Entonces se les ocurren muchas cosas. Pero a gente como nosotros…
Si no escribo el sueño dorado de la gente («La condesa se alzó su traje de noche plateado, pasó sin dignarse mirar al conde y cayó rodando por las escaleras del palacio»), no me queda más que el problema del matrimonio entendido como gimnasia de alcoba, de la «psicología humana» y de todas esas bobadas que no nos gustan. ¿De dónde sacar un tema sin plagiar a Villon?
Y ya que estamos hablando de temas líricos, ¿cómo es que en el párrafo 9 de nuestro contrato incluye Vd. un 15% de ejemplares libre de honorarios? ¡Tantos ejemplares para recensión no los va a mandar en la vida! Así es como despilfarra Vd. el agrio sudor de sus autores; ahora entiendo por qué Vd. puede copear sentado en mullidas butacas, mientras uno traga cerveza barata en duros bancos. Pero así es la vida.
Que Vd. me aprecia, ya lo sabía. Que, además, dispone de 46 marcos a mi favor, esto alegra mi corazón. Por favor, envíemelos como siempre a mi dirección. Por cierto, la semana próxima salgo de vacaciones. Le saluda cordialmente
Tucholsky
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Kurt Tucholsky. (1890-1935) Es uno de los más importantes escritores alemanes del primer tercio del siglo, una época que produjo un grupo de geniales autores (Brecht, Mann, Zweig,…) comprometidos con su obra y su arte. Autor de numerosos trabajos literarios, ejerció también el periodismo, con trabajos que le hicieron pronto famoso por su aguda y brillante crítica literaria y política, dirigida contra todos los elementos que amenazan el movimiento democrático en la joven República de Weimar.
Pero Tucholsky, un personaje complejo, distinguido y afable, tímido y agresivo, escéptico, sabía bien que, en el fondo, con una máquina de escribir no se pueden frenar las catástrofes. Los acontecimientos que se iban produciendo en Alemania, el país que amaba u odiaba al mismo tiempo, le convirtieron en un hombre resignado y amargo. Emigró finalmente a Suecia, donde se suicidó el 21 de diciembre de 1935. Está enterrado en el pequeño cementerio de Mariefred-Gripsholm, el mismo lugar donde se desarrolla la historia de esta pequeña novela.