El libro de los cinco anillos
Resumen del libro: "El libro de los cinco anillos" de Miyamoto Musashi
El libro de los cinco anillos es un tratado sobre el arte de la espada y la estrategia escrito por Miyamoto Musashi, un famoso samurái del siglo XVI. El libro está dividido en cinco partes, cada una dedicada a un elemento: tierra, agua, fuego, viento y vacío.
En el manuscrito de la tierra, Musashi expone los principios básicos de su escuela de esgrima, llamada Niten Ichi Ryu, que significa “la escuela de los dos cielos”. Musashi enseña que el verdadero camino de la espada se encuentra en la práctica constante y en el estudio de todas las artes y profesiones.
En el manuscrito del agua, Musashi profundiza en las técnicas y posturas de su estilo, que se basa en el uso de dos espadas: una larga (katana) y otra corta (wakizashi). Musashi explica cómo adaptarse a las circunstancias del combate y cómo aprovechar las ventajas y desventajas de cada arma.
En el manuscrito del fuego, Musashi se centra en la táctica y la estrategia para enfrentarse a diferentes tipos de enemigos y situaciones. Musashi da consejos sobre cómo observar al adversario, cómo atacar y defenderse, cómo usar el terreno y el tiempo a favor, y cómo ganar la iniciativa y el control mental.
En el manuscrito del viento, Musashi analiza las escuelas rivales de esgrima y sus defectos. Musashi critica las formas tradicionales y rígidas de otras escuelas y las compara con su método flexible y natural. Musashi también advierte sobre los errores comunes que cometen los esgrimistas y cómo evitarlos.
En el manuscrito del vacío, Musashi reflexiona sobre la esencia del camino de la espada y la vida. Musashi afirma que el vacío es el estado más elevado al que puede aspirar un guerrero, donde se trasciende la dualidad y se alcanza la armonía con todas las cosas. Musashi invita al lector a cultivar el vacío en su mente y en su corazón.
El libro de los cinco anillos es una obra clásica sobre la filosofía marcial japonesa, que ha inspirado a generaciones de guerreros, artistas y pensadores. El libro contiene lecciones universales sobre cómo enfrentarse a los desafíos y alcanzar el éxito en cualquier ámbito.
Introducción
El Libro de los Cinco Anillos es uno de los textos más importantes sobre la lucha y la estrategia surgido de la cultura guerrera japonesa. Escrito originalmente no sólo para los hombres de armas, pretende explícitamente simbolizar procesos de lucha y de maestría en todos los campos en intereses de la vida.
El Libro de los Cinco Anillos fue escrito en 1643 por Miyamoto Musashi, duelista invicto, samurái sin señor y maestro independiente. Musashi fue un hombre de armas profesional nacido en una larga tradición de cultura marcial que al final llegó a dominar la totalidad de la política y de la sociedad japonesas. Sus intuiciones son relevantes, no sólo para los miembros de la casta militar gobernante, sino también para los dirigentes de otras profesiones, así como para las personas en búsqueda de la maestría individual en cualquier camino de la vida que escojan.
Puede verse el surgimiento y el fortalecimiento de la clase samurái en Japón en dos términos utilizados para referirse a sus miembros: samurái y bushi. La palabra samurái procede del verbo japonés saburau, que significa «servir como ayudante». La palabra bushi es una palabra chino-japonesa que significa «pequeña aristocracia armada». La palabra samurái fue utilizada por otras clases sociales, mientras que los guerreros se llamaban a sí mismos mediante el término más digno bushi.
El Japón de la Era Tokugawa fue dividido en más de doscientas baronías, que fueron clasificadas según su relación con el clan Tokugawa. Los barones eran controlados por ciertos métodos, que incluían la regulación del matrimonio y de las herencias, el intercambio de territorios y un elaborado sistema de rehenes. Las baronías fueron obligadas a minimizar sus contingentes de guerreros, lo cual produjo que un gran número de samuráis quedasen sin empleo, y fueron conocidos como ronin, u hombres errantes.
Muchos de los samuráis privados de sus derechos se hicieron maestros de escuela, médicos o sacerdotes. Algunos más continuaron practicando las tradiciones marciales y enseñándolas a otros. Algunos más se convirtieron en bandidos y criminales, hasta llegar a ser posteriormente uno de los problemas sociales más graves de la última parte del periodo Tokugawa. Algunas características de El Libro de los Cinco Anillos provienen del hecho de que Miyamoto Musashi fue un samurái sin señor y siguió una carrera como duelista y como maestro independiente de artes marciales.
Titulado con más propiedad El Libro de las Cinco Esferas, la obra de Miyamoto Musashi está dedicada a la guerra como una empresa puramente pragmática. Musashi censura la teatralidad vacía y la comercialización de las artes marciales, centrando la atención en la psicología y los movimientos físicos del asalto letal y de la victoria decisiva como esencia de la guerra. Su enfoque científicamente agresivo y absolutamente rudo de la ciencia militar, aunque no es universal entre los practicantes de artes marciales japonesas, representa una caracterización altamente concentrada de un tipo particular de guerreros samuráis.
Aunque alrededor de sus espectaculares hazañas se formó una gran leyenda, poco se sabe con certeza de la vida de Miyamoto Musashi. Lo que él cuenta de sí mismo en El Libro de los Cinco Anillos constituye la principal fuente de información histórica. Mató a un hombre por primera vez a los trece años, y por última vez cuando tenía veintinueve. En algún momento abandonó aparentemente la utilización del «verdadero sable», pero continuó infligiendo heridas mortales a sus adversarios hasta el final de su carrera guerrera.
Musashi pasó las tres últimas décadas de su vida perfeccionando y enseñando su ciencia militar. Se dice que nunca se peinó, tomó un baño, se casó, construyó una casa ni crió ningún hijo. Aunque también se instruyó en las artes marciales, como recomienda hacer a todo el mundo, el mismo Musashi siguió básicamente un camino ascético de guerrero hasta el final.
Nacido en la lucha, educado en el combate mortal, testigo en definitiva de una transición hacia una política de tiempos de paz en una escala sin precedentes en la historia de su nación, Miyamoto Musashi abandonó una vida ordinaria para ejemplificar y transmitir los elementos esenciales de las antiguas tradiciones marciales y estratégicas.
El primero de estos principios básicos es mantenerse internamente tranquilo y claro, incluso en medio del caos violento; el segundo es no olvidar la posibilidad del desorden en tiempos de orden. Como guerrero de dos mundos muy diferentes, un mundo de guerra y un mundo de paz, Musashi se vio obligado a practicar ambos aspectos fundamentales de la vía del guerrero de una forma intensa, añadiendo a su trabajo una decisión y una velocidad que difícilmente pueden ser superadas.
Desde que los samuráis tomaron el poder en Japón, siglos antes de que Musashi naciera, los budistas habían estado intentando civilizar y educar a los guerreros. Esto no significa que la casta samurái en general lograra ser imbuida de la iluminación budista, o ni tan siquiera del espíritu budista. Una de las principales razones de esto fue que los budistas habían estado ocupados, no sólo intentado civilizar a los samuráis, sino también intentando clarificarse y solventar sus propias contradicciones. El budismo estaba muy ocupado en las tareas de enterrar a los muertos, acoger y educar a los muchos niños huérfanos producidos por la guerra, la pobreza, o que eran abandonados por ser hijos ilegítimos, y en dar refugio a las viudas abandonadas o que sufrían abusos.
En consecuencia, en la relación entre el zen y los samuráis, el maestro no se dejaba llevar por el nivel del estudiante. Si, como ha sido sugerido por algunos apologistas, las artes marciales han de ser consideradas como la forma más elevada de estudio en Japón, los maestros zen habrían sido los estudiantes de los guerreros, y no al revés.
El dominio prolongado del Japón por la casta guerrera fue una anomalía en los asuntos humanos, como queda reflejado por su discordancia con los ideales nativos japoneses y en general con las ideas sociopolíticas de Extremo Oriente. Por la forma en que se estableció el gobierno militar por medio de la fuerza, éste quedó destinado a adecuar los ideales sociales y filosóficos tradicionales que decía profesar.
Thomas Cleary
Miyamoto Musashi. Shinmen Musashi No Kami Fujiwara No Genshin, más conocido como Miyamoto Musashi, nació en 1584, en la población de Miyamoto, en la provincia de Mimasaka. Los ancestros de Musashi eran una rama del poderoso clan Harima, originario de la provincia de Kyushu, la isla más meridional de Japón. Su abuelo, Hirada Shokan, era un servidor de Shinmen Iga No Kami Sudeshige, amo del castillo de Takeyama y un importante señor feudal de la época.
Cuando Musashi tenía siete años de edad, su padre, Munisai, murió o desapareció (no se sabe exactamente). Ya que su madre había fallecido tiempo atrás, el chico fué puesto bajo la tutela de un sacerdote, tío materno suyo. Con esto encontramos a Musashi como huerfano durante la época de las campañas de unificación del pais del Taiko Hideyoshi. Hijo de samurai, durante una de las épocas más violentas de la historia de Japón, los escritos le describen como un joven de carácter tumultuoso, con gran fuerza de voluntad, y físicamente muy desarrollado para su edad. Su tío insistió en que estudiase las artes del guerrero, y esto, unido a su desarrollo físico y su carácter violento, hizo que pronto se viese involucrado en combates. Se guarda registro de una lucha en la cual derrotó y mató a un guerrero adulto, teniendo tan solo trece años de edad. Su oponente era Arima Kigei, un experto samurai de la escuela de artes marciales Shinto. Musashi le lanzó a tierra y acabó con él golpeandole la cabeza con un palo cuando intentaba levantarse.
El siguiente combate serio acerca del que se tiene constancia, ocurrió cuando Musashi tenía 16 años, y en el cual derrotó a Tadashima Akiyama. En la misma época, abandonó su casa para comenzar un peregrinaje en el cual perfeccionó sus habilidades a través de numerosos combates, tanto en luchas individuales como en batallas. Finalmente se asentó cuando tenía 50 años, ya que consideró haber aprendido todo lo que podía aprender a base de vagabundear. En ese periodo de la historia de Japón hubo muchos guerreros embarcados en peregrinajes similares, algunos en solitario, como Musashi; otros bajo el patrocinio de alguna escuela de lucha o algún señor feudal.
Durante todo este periodo de su vida, Musashi se mantuvo relativamente aparte de la sociedad, dedicandose exclusivamente a la búsqueda de iluminación a través del Camino de la Espada. Dedicado solamente a perfeccionar sus habilidades, vivió de una forma bastante precaria, vagabundeando por el país y durmiendo al raso en lo más frio del invierno, sin preocuparse de su aspecto físico, ni tomar esposa, ni dedicarse a ninguna profesión, aparte de su propio estudio. Se dice que nunca se le vió en un baño público, ya que no quería ser sorprendido sin sus armas. Su apariencia estaba a tono con este tipo de vida.
En la batalla de Seki Ga Hara, en la cual Ieyasu sucedió a Hideyoshi como máximo dirigente del Japón, Musashi estaba entre las filas del ejercito Ashikaga y contra Ieyasu. Es decir, estuvo en el bando perdedor. Sobrevivió no solo a los tres días que duró la batalla, en los cuales murieron alrededor de 70.000 guerreros, sino también a la siguiente caza y masacre de los supervivientes del ejercito derrotado.