El juego de la lógica

El juego de la lógica - Lewis Carroll

Resumen del libro: "El juego de la lógica" de

El juego de la lógica reúne pruebas para fundamentar esta hipótesis; en los capítulos tomados de los libros de lógica, la neurosis del victoriano conformista, transferida a las construcciones mentales, muestra como el rigor de la inferencia puede desembocar en la locura; en la paradoja de los tres peluqueros y el debate entre Aquiles y la tortuga, la mentalidad del matemático plantea con sorprendente lucidez algunos problemas claves de la lógica moderna. No es un libro de fácil lectura.

Libro Impreso

Aventuras de Lewis Carroll en el País de la Lógica

«Si así fue, así pudo ser; si así fuera,
así podría ser; pero como no es, no es.
Eso es lógica».

Tweedledee, en Through the Looking Glass, cap, IV

1. Acerca del carácter neurótico de la lógica de Charles Carroll.

Es posible que quienes hayan leído sólo por encima a Lewis Carroll se sientan sorprendidos al recibir la noticia de que Lewis Carroll escribió libros de lógica.

¿Cómo es que Lewis Carroll escribió libros de lógica? Trataremos de demostrar que era lógico que lo hiciera.

Para lo cual es menester formular esa pregunta de otro modo. De este modo: ¿qué sentido tiene la obra lógica de Carroll? Antes de nada, ¿quién era Lewis Carroll? ¿Quién era ese hombre capaz de interesar a la vez a los filósofos analíticos y a los surrealistas, a los poetas dadaístas y a los lógicos formales, a Russell y a Breton, a Artaud y a Strawson, a Deleuze y a Eddington, a Ryle y a Cortázar?

Lewis Carroll era, en realidad, Charles Lutwidge Dodgson: hijo de un pastor protestante; habitante, durante cuarenta y siete años, de la Universidad de Oxford, primero como estudiante y luego como profesor de matemáticas; profesor de lógica en Lady Margaret Hall y en la High School de Oxford; hombre de vida ordenada, casta, apacible; burgués británico de la segunda mitad del siglo XIX; diácono de la Iglesia de Inglaterra, a pesar de que no creía en el castigo eterno de los pecadores; remilgado, altivo, impoluto, profundamente aburrido en clases y reuniones; muerto víctima de las corrientes de aire que en vida tanto había combatido; autor de algunos libros que llevan estos títulos: Fórmulas de trigonometría plana, Tratado elemental de los determinantes, El libro V de Euclides tratado de un modo algebraico, en cuanto hace relación a magnitudes conmensurables, etc. o bien: Lewis Carroll era, en realidad, Lewis Carroll: domesticador de serpientes y sapos; prestidigitador; editor, siendo niño, de revistas manuscritas para niños; zurdo (según algunos testimonios), tartamudo, bello, sordo de un oído; inventor de cajas de sorpresas, de rompecabezas, de aparatos inútiles; insomne; entusiasta de las bicicletas en su juventud y de los triciclos en su madure: creador de juegos de palabras incluso en idiomas que no conocía, como cuando dijo «I am fond of children (except boys)», que en inglés no es un juego de palabras, pero si en castellano: «Me gustan los niños, a excepción de los niños»; excelente fotógrafo, sobre todo de niñas vestidas y desnudas; autor de poemas como éste:

El juego de la lógica – Lewis Carroll

Lewis Carroll. Escritor inglés nacido el 27 de enero de 1832 en Daresbury, Cheshire, y fallecido el 14 de enero de 1898 en Guildford, Surrey. Su verdadero nombre era Charles Lutwidge Dodgson, con el que publicó numerosos tratados de matemáticas y lógica. En todo caso, es principalmente conocido por sus obras literarias y, en menor medida, por ser uno de los principales fotógrafos de la época victoriana.

Tras estudiar en Richmond y en el Rugby School, Caroll pasó al Christ Church College de la Universidad de Oxford, en el que tras terminar sus estudios quedó como profesor durante un cuarto de siglo.

Carroll empezó publicando poemas y cuentos de corte humorístico y/o satírico en pequeñas publicaciones locales. Tras adoptar su seudónimo, y después de un paseo en barca por el Támesis junto a las hijas pequeñas de un compañero del Christ Church College, escribió Alice's Adventures in Wonderland (Alicia en el país de las maravillas, escrito en 1862 y publicado finalmente en 1865 con ilustraciones de Sir John Tenniel) basado en las improvisadas historias que les contó ese día a las niñas.

La obra tuvo una gran acogida, lo que motivó la publicación de una segunda parte titulada Through the Looking-Glass and what Alice Found There (Alicia a través del espejo, 1872).

Otra obra imprescindible en la bibliografía del inmortal autor inglés es el poema paródico The Hunting of the Snark (La caza del Snark, 1876), emparentado con el mucho más corto (y famoso) Jabberwocky, incluido en Alicia a través del espejo.