El diablo mundo
Resumen del libro: "El diablo mundo" de José de Espronceda
El diablo mundo es un poema fantástico escrito por José de Espronceda e interrumpido en el séptimo canto por la muerte de su autor. Corresponde a su etapa final y es probablemente su obra más compleja y ambiciosa, en la que demuestra una visión dolorosa e irónica del mundo, dominado por el mal (Diablo Mundo). Las fuentes fundamentales, como ya señaló el importante prólogo de Antonio Ros de Olano, amigo de Espronceda, son el Fausto de Goethe y la ironía byroniana, a las que cabe añadir el Cándido de Voltaire y La vida es sueño de Calderón de la Barca.
PRÓLOGO
LA humanidad entra en los períodos de su existencia por iguales trámites que el hombre en los de la vida: infancia, virilidad y madurez; admiración y contento en la primera edad, entusiasmo y fuerza en la segunda, reflexión y examen en la tercera; y en tanto el poeta es en el orden moral el jefe de la humanidad de su tiempo y de aquellas generaciones que vendrán, hasta donde el dedo de la Providencia trace un círculo sobre el campo de la duda, y allí ya para el poeta y sus coetáneos se levanta un muro de ignorancia, que es la frontera del saber posible, y donde una inteligencia nueva se prepara a empezar con nuevas gentes y con un nuevo poeta que, semejante al focus de la lente, en sí reúna todos los rayos luminosos que partan de la circunferencia.
La sociedad naciente cantó sin duda los fenómenos de la naturaleza; cantó la luz; cantó las sombras, el amor instintivo, la amistad sencilla, las flores, los torrentes y las aves.
De esta poesía oral que, obrada la época de transición, debió perderse naturalmente, nos quedan los libros de la Biblia, llenos de sencilla sublimidad, y luego después una civilización mas adelantada formuló la Egloga, el Idilio y el Himno, que no son en nuestro sentir otra cosa que reminiscencias cultivadas de aquella poesía patriarcal y campestre, natural a los primeros tiempos.
Tras el período inocente pastoril, entró el mundo en la edad heroica, y Homero, trocando el caramillo por la trompa, se anunció cantando los dioses, las pasiones, el valor, las venganzas y la guerra.
La poesía épica quedó escrita; el pensamiento de aquellas generaciones formulado; Homero pasó a la posteridad junto con sus obras; el genio de Smirna fue inmediatamente admirado como un semi-dios, y su libro cual un espejo mágico donde vieron reflejarse lo pasado, lo que no existía, con todas sus faces y colores.
Homero es la pirámide que arranca de los tiempos heroicos, monumento eminentísimo, desde cuya cumbre se domina toda la Grecia de Ulises, y en su centro se guardan los nombres de los héroes todos, todas las hazañas, todo el saber, las creencias, los vicios y virtudes en conjunto de una época grande.
El síntoma de desvirtuación se apoderó de la sociedad aquella, y la Grecia conquistadora fue sojuzgada a su vez.
La civilización, la creencia, el entusiasmo y la fuerza pasaron a Italia; pero la era romana fue ya heterogénea hasta cierto punto, y de transición hacia el Cristianismo.
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José de Espronceda. (1808-1842) emerge como una figura clave del Romanticismo español. Nacido en Almendralejo, su trayectoria rebosa rebeldía y pasión. Criado en un ambiente liberal, su temprana participación en sociedades secretas refleja su compromiso político. Su exilio en Inglaterra, donde se nutre de las corrientes literarias europeas, moldea su estilo. Espronceda trasciende los límites del Romanticismo, explorando el lado oscuro del alma humana y la lucha contra la opresión social.
El legado literario de Espronceda abarca desde la poesía lírica hasta la novela histórica. Sus obras más destacadas, como "El estudiante de Salamanca" y "El diablo mundo", reflejan su visión crítica de la sociedad y su fascinación por el heroísmo romántico. Su poesía, impregnada de influencias de Lord Byron y James Macpherson, cautiva por su intensidad emocional y su compromiso con la libertad individual.
Espronceda desafía las normas establecidas con su poesía rebelde y sus ideales progresistas. Su vida tumultuosa, marcada por duelos, exilios y amores apasionados, se refleja en su obra, dotándola de una autenticidad y una fuerza inigualables. Aunque su vida se vio truncada prematuramente, su legado perdura como un símbolo de rebeldía y libertad en la historia de la literatura española.