El diablo

El diablo - Giovanni Papini

Resumen del libro: "El diablo" de

Este libro es una apasionada, vívida, intensísima participación en las dudas, los terrores y las esperanzas que la presencia del Diablo está destinada a suscitar. El autor nos presenta el enfrentamiento entre el creador y el destructor, y lo traslada a todas las facetas de la vida del hombre, con la intención fundamental de manifestar la bondad de Dios, aunque al hacerlo, para gran escándalo de muchos, ofrece una interpretación benevolente del orgullo satánico. Papini habla de relaciones entre Dios y el Diablo mucho más cordiales de lo que suele imaginarse.

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ADVERTENCIA DE LA EDITORIAL

La aparición de El Diablo en Europa, en la edición original italiana, ha sido causa de ruidosos comentarios y polémicas. Emecé Editores, que tenía contratada su traducción al castellano antes de que esa situación se produjera, desea, por razones obvias, mantenerse ajena a toda discusión o controversia. Se limita a transcribir los párrafos siguientes del artículo aparecido con el título «Una condena superflua» en el núm. 119 de L’Osservatore Romano, edición semanal en lengua castellana, que dice así:

Sabido es que, conforme al can. 1993, un libro lleno de errores explícitos, es más, descarados y clamorosos, como éste de Papini, es ipso iure prohibitus. El magisterio de la Iglesia interviene solamente en el caso de engaños muy graves, que van contra la buena fe de los fieles; en el caso de los libros que tienen una importancia doctrinal. El magisterio de la Iglesia, aun siendo cosa más bien sencilla, es, sin embargo, una cosa seria. No se comprende qué debía hacer la Iglesia con semejante libro entre las manos. Es de lamentar que al viejo escritor toscano le haya ocurrido aventura semejante, pero en todo caso es en daño, a lo más, de su catolicismo, no del catolicismo.

Consecuente con lo que expresa esta publicación, hasta ahora, la Iglesia no se ha pronunciado en el caso con carácter general. En cuanto a si un libro debe o no considerarse ipso iure prohibitus según el can. 1399 —y no 1993— es indudable que se trata de materia de apreciación, mientras no exista una decisión expresa de las autoridades eclesiásticas competentes. La opinión del articulista de L’Osservatore —indudablemente autorizada— no comporta una resolución oficial de la Iglesia. Por lo demás, el propio Papini, en el libro que va a leerse, ha tenido buen cuidado de dejar establecido lo siguiente:

Ante todo me he propuesto, guiado por un sentido de caridad y misericordia, estudiar, liberándome de prejuicios y de prevenciones, los siguientes problemas:

Las verdaderas causas de la rebelión de Lucifer que no son las que comúnmente se cree, las verdaderas relaciones entre Dios y el Diablo, mucho más cordiales de lo que suele imaginarse, la posibilidad de la tentativa, por parte de los hombres, de hacer que Satanás vuelva a su condición primera y nos libere a todos de la tentación del mal.

En lo que se refiere a los dos primeros problemas, he tratado siempre de apoyar mis observaciones en textos del Antiguo y del Nuevo Testamento, de Padres de la Iglesia, de filósofos y de escritores cristianos. En lo que se refiere al último problema me he contentado con insinuar conjeturas y esperanzas que, si bien no están confirmadas por pruebas dogmáticas, me parecen en perfecta armonía con la concepción de un Dios definido como Amor absoluto.

El diablo – Giovanni Papini

Giovanni Papini. Escritor italiano nació en Florencia en 1881 y falleció en 1956 en esa misma ciudad, a la edad de 75 años. Su obra más reconocida es la sátira Gog (1931), una novela acerca de un americano que hace fortuna recorriendo el mundo durante la Gran Guerra. Estudió para maestro, pero ejerció pocos años antes de ponerse a trabajar en una biblioteca, donde se rodeó de lo que más disfrutaba: los libros. Fue entonces cuando comenzó su trayectoria como escritor, y lo hizo con historias cortas como El crepúsculo de los filósofos (1906), en la que critica la filosofía de Kant, Hegel o Schopenhauer y proclama la muerte de los pensadores; El trágico cotidiano o El piloto ciego (1907), en las que deja entrever rasgos del futurismo y el modernismo.

También cultivó la poesía, a la que se dedicó sobre todo antes y durante la Gran Guerra con obras como Opera Prima (1917).

En la obra del autor italiano se aprecia su evolución personal de ateo a ferviente católico. Así, parte de su trayectoria final se dedica a la divinidad, empezando en 1921 con Historia de Cristo y continuando con otros textos como Los nietos de Dios, Cielo y tierra o El diablo. Su afinidad al fascismo le proporcionó en 1935 la cátedra de Literatura italiana en la Universidad de Bolonia, a pesar de estar cualificado académicamente para niveles mucho más bajos. En 1937 sería nombrado miembro de la Real Academia de Italia.

A lo largo de su vida fundó varias revistas literarias, como Il Leonardo o La Voce, y participó en un gran número de ellas.