Resumen del libro:
Diálogos de cortesanas y Manual de urbanidad para jovencitas, escritos por Pierre Louÿs, representan un hito en la exploración del deseo erótico femenino. Louÿs, reconocido por su audacia literaria y su capacidad para retratar la sensualidad con franqueza, ofrece una obra que desafía las convenciones sociales de su época. En estos textos, las mujeres y las jovencitas adolescentes encuentran una voz propia para expresar sin censura sus deseos más íntimos, rompiendo con la idea de que el deseo femenino es simplemente una sombra del masculino.
Los Diálogos de cortesanas se presentan como una serie de escenas rápidas y provocativas que capturan el erotismo en su apogeo. Louÿs no se acobarda ante el lenguaje del amor, utilizando términos que rara vez aparecen en los diccionarios pero que son fundamentales para explorar la complejidad de los deseos y las pasiones humanas. A través de diálogos vivaces y situaciones sugestivas, el autor revela la riqueza y la diversidad de las experiencias eróticas femeninas, ofreciendo una mirada sin tabúes al mundo íntimo de las cortesanas.
Por otro lado, el Manual de urbanidad para jovencitas proporciona un contrapunto interesante a los Diálogos de cortesanas. En este texto, Louÿs aborda las normas sociales y las expectativas impuestas a las jóvenes de su época, pero lo hace desde una perspectiva crítica y subversiva. A través de consejos aparentemente inocentes pero cargados de ironía, el autor cuestiona las restricciones impuestas a las mujeres en nombre de la moralidad y la etiqueta social, ofreciendo una visión alternativa de la feminidad y la libertad individual.
En resumen, Diálogos de cortesanas y Manual de urbanidad para jovencitas representan una contribución valiosa a la literatura erótica y feminista. Pierre Louÿs desafía las convenciones de su tiempo al ofrecer una visión audaz y sin tapujos del deseo femenino, al tiempo que critica las normas sociales que restringen la libertad y la autonomía de las mujeres. Estas obras continúan siendo relevantes hoy en día por su exploración de temas universales como el poder, la sexualidad y la identidad.
De visita
—Entra, querida. Desnúdate.
—Tú también.
—Yo no llevo más que la bata, mira, voy en cueros debajo. Ya está en el suelo.
—Oh, tu coñito querido, deja que lo acaricie.
—Desnúdate antes. Tu chaleco…, tu enagua…, tu corsé. ¡Vaya, qué tetitas más monas!
—Se ponen tiesas por ti, ya ves.
—¡Cochinas! Sigue. Quítate el pantalón. Quítate la camisa. Tus zapatos. Las medias.
—¡Las dos en pelotas, cielito mío!
—No quiero que me visites de otra forma. Siéntate delante de mí, vamos a conversar.
—¿Cómo? ¿Te tiñes bajo el vientre?
—Sí, querida, es más bonito.
—Queda muy bien encima del rosa de los labios.
—Si te dijera otra cosa, te sorprendería aún más… Mira ahí.
—¡Oh! ¡Qué encanto! ¡Se maquilla el ojete del culo con pintalabios rojo! ¡Cuánto te adoro! ¡Déjame besarlo!
24 de agosto
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