Demasiada felicidad
Resumen del libro: "Demasiada felicidad" de Alice Munro
Una joven madre recibe consuelo inesperado por la muerte de sus tres hijos, otra mujer reacciona de forma insólita ante la humillación a la que la somete un hombre; otros cuentos describen la crueldad de los niños y los huecos de soledad que se crean en el día a día de la vida de pareja. Como broche de oro, en el último cuento acompañamos a Sofia Kovalevski, una matemática rusa que realmente vivió a mediados del siglo XIX, en su largo peregrinaje a través de Europa en busca de una universidad que admitiera a mujeres como profesoras, y viviremos con ella su historia de amor con un hombre que hizo lo que supo por decepcionarla. Anécdotas en apariencia banales se transforman en las manos de Munro en pura emoción, y su estilo muestra estas emociones sin dificultad, gracias a un talento excepcional que arrastra al lector dentro de las historias casi sin preámbulos.
Dimensiones
Doree tenía que coger tres autobuses, uno hasta Kincardine, donde esperaba el de London, donde volvía a esperar el autobús urbano que la llevaba a las instalaciones. Empezaba la excursión el domingo a las nueve de la mañana. Debido a los ratos de espera entre un autobús y otro eran casi las dos de la tarde cuando había recorrido los ciento sesenta y pocos kilómetros. Sentarse en los autobuses o en las terminales no le importaba. Su trabajo cotidiano no era de los de estar sentada.
Era camarera del Blue Spruce Inn. Fregaba baños, hacía y deshacía camas, pasaba la aspiradora por las alfombras y limpiaba espejos. Le gustaba el trabajo, le mantenía la cabeza ocupada hasta cierto punto y acababa tan agotada que por la noche podía dormir. Rara vez se encontraba con un auténtico desastre, aunque algunas de las mujeres con las que trabajaba contaban historias de las que ponen los pelos de punta. Esas mujeres eran mayores que ella y pensaban que Doree debía intentar mejorar un poco. Le decían que debía prepararse para un trabajo cara al público mientras fuera joven y tuviera buena presencia. Pero ella se conformaba con lo que hacía. No quería tener que hablar con la gente.
Ninguna de las personas con las que trabajaba sabía qué había pasado. O, si lo sabían, no lo daban a entender. Su fotografía había aparecido en los periódicos, la foto que él había hecho, con ella y los tres niños: el recién nacido, Dimitri, en sus brazos, y Barbara Ann y Sasha a cada lado, mirándolo. Entonces tenía el pelo largo, castaño y ondulado, con rizo y color naturales, como le gustaba a él, y la cara con expresión dulce y tímida, que reflejaba menos cómo era ella que cómo quería verla él.
Desde entonces llevaba el pelo muy corto, teñido y alisado, y había adelgazado mucho. Y ahora la llamaban por su segundo nombre, Fleur. Además, el trabajo que le habían encontrado estaba en un pueblo bastante alejado de donde vivía antes.
Era la tercera vez que hacía la excursión. Las dos primeras, él se había negado a verla. Si se negaba otra vez, ella dejaría de intentarlo. Aunque aceptara verla, a lo mejor no volvería durante una temporada. No quería pasarse. En realidad, no sabía qué haría.
En el primer autobús no estaba muy preocupada; se limitaba a mirar el paisaje. Se había criado en la costa, donde existía lo que llamaban primavera, pero aquí el invierno daba paso casi sin solución de continuidad al verano. Un mes antes había nieve, y de repente hacia calor como para ir en manga corta. En el campo había charcos deslumbrantes, y la luz del sol se derramaba entre las ramas desnudas.
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Alice Munro. La laureada escritora canadiense Alice Munro, una autora que ha dejado una huella indeleble en la literatura contemporánea, es aclamada por su habilidad única para capturar la profundidad de la vida cotidiana en sus relatos. Nacida en Wingham, Ontario, en 1931, Munro se erige como un faro literario, merecidamente galardonada con el Premio Nobel de Literatura en 2013.
Con una narrativa magistralmente sencilla pero rica en emociones subyacentes, Munro transforma lo mundano en una exploración fascinante de las complejidades humanas. Sus cuentos, a menudo ambientados en escenarios rurales y pequeñas comunidades, revelan un profundo entendimiento de la psicología humana y las tensiones que yacen bajo la superficie. Su enfoque en personajes femeninos, sus anhelos y luchas, añade un matiz distintivo a su trabajo, resonando con un público amplio.
A lo largo de su prolífica carrera, Munro ha publicado numerosas colecciones de relatos, como "Secretos a voces", "El progreso del amor" y "Demasiada felicidad". Su prosa meticulosa y sus tramas intrincadas exploran temas universales como el amor, la pérdida, la memoria y la autodescubrimiento. Sus historias a menudo poseen un final enigmático, incitando a la reflexión y dejando a los lectores sumidos en pensamientos profundos.
Munro es una maestra de la economía narrativa, destilando complejas emociones en frases precisas. Su enfoque en la vida ordinaria, pero llena de matices, brinda autenticidad a sus relatos, resonando en un nivel personal con los lectores. Su habilidad para capturar momentos fugaces de revelación y transformación ha establecido un estándar que pocos pueden igualar.
En resumen, Alice Munro trasciende la etiqueta de "escritora de cuentos" para convertirse en una observadora de la condición humana. Su estilo distintivo y su profundidad emocional la han consagrado como una de las voces literarias más influyentes de nuestro tiempo. Munro, con su poder para tejer complejidad en las fibras de lo común, ha dejado una marca perdurable en el tejido de la literatura contemporánea.