Resumen del libro:
“Delta de Venus”, escrito por Anaïs Nin a principios de la década de 1940, es una colección de relatos eróticos encargados por un excéntrico coleccionista de libros que demandaba menos poesía y más explicitud en las descripciones sexuales. Sin embargo, estos relatos no fueron publicados hasta los años 1970. Ambientados en el vibrante París de la época, los cuentos están entrelazados por personajes recurrentes que varían en importancia según la narrativa, ofreciendo una perspectiva liberadora sobre las relaciones humanas.
Anaïs Nin, una destacada autora franco-cubana conocida por su estilo literario lírico y emotivo, trasciende en “Delta de Venus” las barreras tradicionales del erotismo. Nin no solo busca la excitación sexual, sino que explora la belleza, el sentimiento, la amistad y la autenticidad en el deseo humano. Su obra es un testimonio de su habilidad para mezclar la sensualidad con una profunda introspección psicológica.
Cada relato en “Delta de Venus” es una pieza de un mosaico mayor que revela las complejidades del deseo y la conexión humana. Desde los suntuosos salones parisinos hasta los rincones más oscuros de la ciudad, Nin captura la esencia de una época marcada por la libertad sexual y la búsqueda del placer. Los personajes, variopintos y multifacéticos, navegan entre la pasión y la vulnerabilidad, reflejando la dualidad del ser humano en su búsqueda del éxtasis y la autenticidad.
La escritura de Nin es poética y evocadora, incluso cuando se adhiere a las demandas de su cliente para descripciones más explícitas. A través de su prosa, Nin logra mantener una delicada balanza entre lo erótico y lo artístico, creando historias que son tanto estimulantes como conmovedoras. Su habilidad para dar vida a sus personajes y escenarios con un lenguaje sensorial y detallado convierte a “Delta de Venus” en una obra que trasciende el simple erotismo y se convierte en una exploración profunda de la naturaleza humana.
En conjunto, “Delta de Venus” es una celebración del erotismo en su forma más pura y auténtica. Anaïs Nin invita a los lectores a sumergirse en un mundo donde el deseo y el placer son celebrados sin culpa, y donde la búsqueda de la autenticidad en las relaciones humanas es primordial. Esta colección de relatos no solo ofrece una visión liberadora del amor y la sexualidad, sino que también refleja la capacidad de la literatura para desafiar y transformar nuestras percepciones más íntimas y personales.
En resumen, “Delta de Venus” de Anaïs Nin es una obra imprescindible para aquellos interesados en la literatura erótica que no sacrifica la profundidad emocional por la explicitud. A través de sus relatos, Nin demuestra que el erotismo puede ser tanto una celebración de la belleza como una búsqueda de la verdad, ofreciendo a los lectores una experiencia literaria rica y provocadora.
El aventurero húngaro
Hubo una vez un aventurero húngaro de sorprendente apostura, infalible encanto y gracia, dotes de consumado actor, culto, conocedor de muchos idiomas y aristocrático de aspecto. En realidad, era un genio de la intriga, del arte de librarse de las dificultades, de la ciencia de entrar y salir discretamente de todos los países.
Viajaba como un gran señor, con quince baúles que contenían la ropa más distinguida, y con dos grandes perros daneses. La autoridad que de él irradiaba le había valido el sobrenombre del Barón. Al Barón se le veía en los hoteles más lujosos, en los balnearios y en las carreras de caballos, en viajes alrededor del mundo, en excursiones a Egipto y en expediciones al desierto y África.
En todas partes se convertía en el centro de atracción de las mujeres. Al igual que los actores más versátiles, pasaba de un papel a otro a fin de complacer el gusto de cada una de aquéllas. Era el bailarín más elegante, el compañero de mesa más vivaz y el más decadente de los conversadores en los téte-á-tétes; sabía tripular una embarcación, montar a caballo y conducir automóviles. Conocía todas las ciudades como si hubiera vivido en ellas toda su vida. Conocía también a todo el mundo en sociedad. Era indispensable.
Cuando necesitaba dinero, se casaba con una mujer rica, la saqueaba y se marchaba a otro país. Las más de las veces, las mujeres no se rebelaban ni daban parte a la policía. Las pocas semanas o meses que habían gozado de él como marido les dejaban una sensación que pesaba más en su ánimo que el golpe de la pérdida de su dinero. Por un momento, habían sabido lo que era vivir por todo lo alto, lo que era volar por encima de las cabezas de los mediocres.
Las levantaba tan alto, las sumía de tal manera en el vertiginoso torbellino de sus encantos, que su partida tenía algo de vuelo. Parecía casi natural: ninguna compañera podía seguir su elevado vuelo de águila.
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