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Cristina, hija de Lavrans

Cristina, hija de Lavrans - Sigrid Undset

Cristina, hija de Lavrans - Sigrid Undset

Resumen del libro:

Obra cumbre de la escritora noruega Sigrid Undset (1882-1949), Cristina, hija de Lavrans está considerada la mejor novela histórica del siglo XX. Premio Nobel de Literatura 1928. Narra la vida de Cristina, una joven inmersa en un mundo de pasiones y desesperanzas. Ambientada en la Noruega del siglo XIV, la obra recoge a tra vés de un variado elenco de personajes un paisaje donde la fe aún convive con los restos de las costumbre paganas. Este libro recoge las tres partes de las que se compone la novela y que fueron editadas originalmente en forma separada: 1. La Corona 2. La Mujer 3. La Cruz

Capítulo primero

JOERUNDGAARD

1

Cuando en 1306 se procedió al reparto de los bienes de Ivar Gjesling, el Joven, de Sundbu, sus tierras de Sil correspondieron a su hija Ragnfrid y a su yerno Lavrans Bjoergulfssoen. Hasta entonces habían vivido en la granja de Skog, en Follo, cerca de Oslo, pero la abandonaron por la Joerund, situada en la parte alta de los prados de Sil.

Lavrans pertenecía a aquella familia que en mi tierra llamamos los «hijos de juez». Vino de Suecia con aquel Laurentius, juez de la provincia de Ostrogothia, que raptó del convento de Vreta a la joven Bengta, hermana del jarl del Bjelbo, y huyó con ella a Noruega. Micer Laurentius era pariente del rey Haakon, el Viejo, del que recibió grandes favores; el rey le regaló la granja del Skog. Pero después de haber pasado ocho años en nuestro país, murió a causa de una enfermedad y su viuda, la hija de los Folkung, que el pueblo de Noruega llamaba hija del rey, regresó a su país e hizo las paces con su familia. Posteriormente le hicieron contraer un rico matrimonio en otro país. Ella y Micer Laurentius no habían tenido hijos, por lo que fue Ketil, hermano de Laurentius, el que heredó Skog. Ketil fue el abuelo de Lavrans Bjoergulfssoen.

Habían casado a Lavrans muy joven. Cuando llegó a Sil sólo tenía veintiocho años, tres menos que su esposa. En su adolescencia había formado parte de la guardia del rey y recibido, por tanto, una buena educación; pero tras su matrimonio, vivió tranquilamente en su granja porque Ragnfrid era un poco rara y melancólica y no se encontraba a gusto entre la gente del sur del país. Después de pasar por el dolor de perder tres hijos de poca edad se volvió de una misantropía total. Así fue como, sobre todo por el deseo de que su esposa se encontrara cerca de sus parientes y conocidos, Lavrans vino a instalarse en el Gudbrandsdal. Por entonces sólo tenían a un hijo vivo, una niña llamada Cristina.

Sobre el autor:

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