Resumen del libro:
“Conan” de Robert E. Howard nos transporta a la Era Hiboria, un periodo ficticio anterior a la historia registrada, donde los continentes todavía no habían adoptado su forma actual. Es en este mundo primitivo y violento donde surge Conan, un héroe indómito que forja su leyenda a través del acero y la astucia. Desde el campo de batalla que lo vio nacer, hasta los reinos en los que se convierte en guerrero, ladrón y rey, Conan encarna la brutalidad y el honor de una época salvaje. Su presencia magnética lo convierte en un símbolo de poder y resistencia, desafiando constantemente las probabilidades y enfrentándose tanto a enemigos humanos como sobrenaturales.
Howard, con su estilo directo y dinámico, construye un universo lleno de acción, pero también de reflexión sobre la naturaleza humana. Aunque la violencia es omnipresente, Conan no es simplemente un bruto; es un hombre con códigos de honor que vive bajo sus propias reglas, a menudo superiores a las de los civilizados reyes y cortes. A través de Conan, Howard explora temas de supervivencia, destino y la eterna lucha por la libertad. Cada historia es un viaje cargado de peligros, donde el protagonista demuestra no solo su fuerza física, sino también su inteligencia y capacidad de adaptación.
Robert E. Howard, creador del género de espada y brujería, logró con Conan una obra que sigue resonando décadas después de su creación. Nacido en 1906, este escritor texano fue un prolífico autor de relatos cortos, muchos de los cuales fueron publicados en revistas pulp como Weird Tales. A través de Conan, Howard perfeccionó su estilo de narración rápida y vigorosa, imbuida de una rica mitología y ambientaciones detalladas. Aunque su vida fue trágicamente corta, su legado es perdurable, y Conan sigue siendo una figura icónica dentro de la literatura fantástica.
El mundo de Conan, con su mezcla de lo épico y lo bárbaro, resulta fascinante no solo por la aventura, sino por la construcción de un escenario donde los imperios colapsan y renacen, la magia es una fuerza oscura y peligrosa, y los héroes como Conan se erigen como los únicos capaces de sobrevivir a las pruebas más letales. Es una obra indispensable para los amantes del género fantástico y para aquellos que buscan una historia donde la acción trepidante y la profundidad de los personajes se entrelacen de manera magistral.
Introducción
Robert Ervin Howard (1906-1936) nació en Peaster, Texas, y no en Cross Plains, como se ha dicho muchas veces, si bien pasó la mayor parte de su vida en esta última ciudad, situada en la zona central de Texas, entre Abilene y Brownwood. Su padre era médico local y, al igual que su madre, era descendiente de pioneros norteamericanos. Howard recibió su educación básica en Cross Plains y terminó el bachillerato en Brownwood, en la Brownwood Highschool y en la Howard Payne Academy. Después de seguir algunos cursos universitarios en el Brownwood College, se dedicó de lleno a su vocación literaria.
De niño fue un inadaptado, especialmente en Texas, debido a su inteligencia precoz. Durante algún tiempo fue objeto de las provocaciones que suelen padecer los niños brillantes pero físicamente débiles. Tal vez como compensación, se convirtió en un fanático de los deportes y de la gimnasia y llegó a ser un consumado boxeador y jinete. Con ello pronto se terminaron las provocaciones, sobre todo porque al alcanzar la madurez medía más de un metro ochenta de estatura, era musculoso y pesaba unos noventa kilos. Era introvertido, poco convencional, caprichoso e irritable, propenso a sentimientos extremos, a atracciones intensas y aversiones violentas. Como la mayoría de los escritores jóvenes, era un ávido lector. Era colega y amigo de los escritores fantásticos H. P. Lovecraft y Clark Ashton Smith.
Durante los últimos diez años de su vida (1927-1936), Howard escribió y publicó en revistas una gran cantidad de relatos de ficción menores de distintos géneros: deportivo, de detectives, del Oeste, históricos, de aventuras orientales, cuentos de misterio y fantasmagóricos, además de poesías y cuentos fantásticos. Antes de cumplir los treinta años ganaba como escritor más dinero que cualquier otra persona de Cross Plains, incluyendo el banquero de la ciudad, aunque no era mucho porque durante los años de la depresión económica las revistas pagaban poco y con retraso.
Si bien Howard tenía un considerable éxito en su trabajo y era un hombre fuerte y corpulento como sus héroes, era un inadaptado y tenía trastornos psíquicos. Antes de su muerte, habló durante varios años de su intención de suicidarse. A la edad de treinta años, al enterarse de que su anciana madre —a quien quería con una devoción exagerada— estaba al borde de la muerte, puso fin a su prometedora carrera literaria pegándose un tiro. Su relato «Clavos rojos», una historia de la serie de Conan, así como su novela interplanetaria Almuric, se publicaron en Weird Tales después de su muerte.
Howard escribió varias series de cuentos de fantasía heroica, en su mayoría publicados en Weird Tales. Howard era un narrador nato, cuyos relatos no han sido superados en cuanto a realismo, interés y al dinamismo de la acción. Sus héroes —el rey Kull, Conan, Bran Mak Morn, Turlogh, Solomon Kane— son míticos: se trata de hombres de pasiones ardientes y una voluntad indomable, que imponen fácilmente su personalidad en las historias que protagonizan. Howard explicaba de la siguiente manera su preferencia por héroes de enormes músculos y entendimiento corto:
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