Caligramas

Resumen del libro: "Caligramas" de

Guillaume Apollinaire (1880-1918) sigue ocupando un lugar central en la literatura francesa contemporánea. Poeta audaz y visionario, su obra se convirtió en un laboratorio de formas y estilos que anticiparon las vanguardias del siglo XX. Su inclinación por la experimentación lo llevó a explorar los límites del lenguaje y la imagen, creando un universo poético que desafió las estructuras tradicionales. Su influencia, lejos de diluirse con el tiempo, ha servido de inspiración para generaciones de escritores y artistas.

En Caligramas, Apollinaire lleva la poesía visual a su máxima expresión, combinando la palabra con la imagen en un juego de significados y formas que transforman la página en un espacio dinámico. Publicado en 1918, el libro recoge una serie de poemas en los que el autor experimenta con la disposición tipográfica para reforzar el contenido del texto, convirtiendo los versos en figuras y estructuras que evocan su significado. Esta fusión de poesía y plástica lo sitúa como un pionero de la escritura experimental y le confiere un carácter lúdico e innovador.

La obra refleja la sensibilidad de su tiempo, marcada por la Primera Guerra Mundial y la efervescencia artística de las primeras décadas del siglo XX. La modernidad y el conflicto bélico atraviesan los versos, con referencias a la tecnología, el amor y la fragilidad humana en medio del caos. Apollinaire no solo innova en la forma, sino que también captura la intensidad de una época en transformación.

La riqueza de Caligramas no reside únicamente en su audacia formal, sino también en su capacidad para emocionar y sorprender. La poesía de Apollinaire se presenta como un acto de libertad, una invitación a mirar más allá de las convenciones y descubrir nuevas maneras de entender la palabra escrita. Su legado sigue vivo en la literatura y el arte contemporáneo, recordándonos que la poesía no es solo un ejercicio de lenguaje, sino una experiencia visual, sensorial y profundamente humana.

Libro Impreso

A la memoria
del más antiguo de mis compañeros
RENÉ D’ALIZE,
muerto en el Campo de Honor
el 7 de mayo de 1917

ONDAS

LAZOS

CUERDAS

Hechas con gritos
Sonidos de campanas a través de Europa
Siglos suspendidos
Carriles que a las naciones atáis
Sólo somos dos o tres los hombres
Libres de cualquier yugo
Démonos la mano
Violenta lluvia que peina las humaredas
Cuerdas
Cuerdas tejidas
Cables submarinos
Torres de Babel en puentes convertidas
Arañas-Pontífices
Todos los enamorados que un único vínculo ha enlazado
Otros lazos más tenues
Blancos rayos de luz
Cuerdas y Concordia
Tan sólo para exaltaros escribo
Oh sentidos oh queridos sentidos
Enemigos del recuerdo
Enemigos del deseo
Enemigos de la pena
Enemigos de las lágrimas
Enemigos de todo lo que todavía amo

LAS VENTANAS

DEL rojo al verde todo el amarillo muere
Cuando en las selvas natales cantan los guacamayos
Patas de pihis
Hay por hacer un poema sobre el pájaro que sólo tiene un ala
Lo enviaremos como mensaje telefónico
Traumatismo gigante
Hace que se derritan los ojos
Mira una bonita muchacha entre las jóvenes Turinesas
El pobre muchacho se sonaba en su corbata blanca
Tú levantarás la cortina
Y ahora fíjate que la ventana se abre
Arañas cuando las manos tejían la luz
Belleza palidez violetas insondables
En vano intentaremos descansar
Empezaremos a medianoche
Teniendo tiempo se es libre
Bígaros Lota Soles múltiples y el Erizo de Poniente
Un viejo par de zapatos amarillos ante la ventana
Torres
Las Torres son las calles
Pozos
Pozos son las plazas
Pozos
Árboles huecos que cobijan a las Táparas vagabundas
Los Chabinos cantan melodías para morirse
A las montaraces Chabinas
Y el ganso cuá-cuá trompetea al norte
Donde los cazadores de ratas
Raspan las peleterías
Deslumbrante diamante
Vancouver
Donde el tren bianco de nieve y de fuegos noctunos huye del invierno
Del rojo al verde todo el amarillo muere
París Vancouver Hyères Maintenon Nueva York y las Antillas
Se abre la ventana como una naranja
El hermoso fruto de la luz.

“Caligramas” de Guillaume Apollinaire

Guillaume Apollinaire. Fue el seudónimo escogido por el autor Wilhelm Albert Wlodzimierz Apollinari de Waz-Kostrowicki, que adquirió la nacionalidad francesa al comienzo de la Primera Guerra Mundial. Apollinaire estudió en Mónaco y ejerció diversos trabajos en Alemania y Francia, tras lo que comenzó su andadura literaria escribiendo en diversas revistas, en algunas de las cuales fue fundador y editor. Se relacionó con numerosos artistas renovadores en París, defendiendo los movimientos vanguardistas como el cubismo. Acuñó el término surrealismo, movimiento del que fue uno de sus primeros autores.

La obra de Apollinaire se compone de relatos cortos, dramas teatrales, novelas y sobre todo poemas. Se inició en el simbolismo y evolucionó a nuevas formas, renovando completamente la poesía, que trabajó con un gran lirismo. En cuanto a novela, trató temas variados, incluido el erótico.

De entre su obra habría que destacar títulos como Las once mil vergas, Las tetas de Tiresias, Caligramas o El encantador putrefacto.