Ausencia del héroe

Resumen del libro: "Ausencia del héroe" de

«Ausencia del héroe» es una obra esencial para cualquier seguidor de Charles Bukowski. Este volumen recopila relatos, artículos y crónicas que quedaron dispersos o inéditos a lo largo de su carrera, presentando al lector un Bukowski más íntimo y menos conocido. Desde sus primeros cuentos publicados en revistas underground en los años 40, hasta textos inéditos de los años 80, la colección captura su evolución como escritor y como observador de la cultura estadounidense.

El libro nos sumerge en un recorrido contracultural, desde las luchas literarias de los años 50, pasando por la psicodelia de los 60, el narcisismo hedonista de los 70 y, finalmente, la distopía política de los años 80 bajo el gobierno de Reagan. En cada etapa, Bukowski muestra su aguda observación y su peculiar humor ácido. Las piezas varían desde reseñas de su propia obra, hasta crónicas de sus infames recitales públicos, donde el alcohol y la provocación estaban a la orden del día. Todo esto es presentado con su característico estilo crudo y honesto, que tanto fascina a sus seguidores.

Uno de los aspectos más interesantes de «Ausencia del héroe» es el retrato del Bukowski crítico literario. En este papel, ofrece valoraciones irreverentes y personales sobre figuras clave de la literatura, como Allen Ginsberg y Robert Creeley. También incluye su «Manifiesto», donde deja claro su rechazo hacia las corrientes literarias de moda y su preferencia por una escritura directa, sin adornos.

Bukowski, nacido en 1920 y fallecido en 1994, fue un autor polémico y prolífico, que publicó más de cincuenta libros en vida. Famoso por su poesía y su narrativa directa y autobiográfica, retrató sin filtros la vida de los marginados y de las clases trabajadoras de Estados Unidos. Su estilo crudo, cargado de sarcasmo y desdén por la autoridad, lo convirtió en un icono del movimiento «dirty realism». Sin embargo, a lo largo de su carrera, también exploró la poesía, el ensayo y la crítica literaria, mostrando una versatilidad que a menudo queda eclipsada por su imagen de enfant terrible de las letras.

«Ausencia del héroe» no solo es una recopilación para los seguidores más acérrimos de Bukowski, sino también una puerta de entrada para aquellos que buscan entender las múltiples facetas de su obra. Es una ventana a su lado más reflexivo y humorístico, que complementa su ya vasto legado literario.

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AGRADECIMIENTOS

Ausencia del héroe es un volumen complementario de mi anterior libro de escritos dispersos de Bukowski, Fragmentos de un cuaderno manchado de vino, y una vez más tengo una deuda de gratitud con buena parte de la gente tan enrollada que me ayudó en aquella tarea. Le estoy agradecido a Ed Fields, Universidad de California en el Departamento de Colecciones Especiales en Santa Bárbara, Biblioteca Davidson, por su permiso para incluir el manuscrito inédito «¡Ah, liberación, libertad, lirios en la luna!». Claude Zachary de la Biblioteca Conmemorativa Doheny, Bibliotecas Especializadas y Colecciones de Archivo en la USC, me fue de gran ayuda en la resolución de misterios bibliográficos de última hora. Gracias a Roger Myers y Erika Castano de la Biblioteca de la Universidad de Arizona, Colecciones Especiales, donde descubrí el ensayo inédito «La casa de los horrores». Gracias a Julie Herrada, directora de la Colección Labadie, Colecciones Especiales, Universidad de Michigan, Ann Arbor, así como al personal de Préstamo Interbibliotecario de la Universidad del Este de Michigan. La carta de Bukowski a Curt Johnson es de la Biblioteca de la Universidad de Brown. Jamie Boran fue un corresponsal sumamente útil cuando inicié mi trabajo hace una década. Le estoy agradecido a mi amigo Abel Debritto, a quien por fin tuve el placer de conocer el verano pasado en España. Abel tuvo la generosidad de enviarme varios relatos y ensayos estupendos, y también he aprendido mucho de su pionera tesis doctoral. Roni Braun, director del Charles Bukowski Gesellschaft en Alemania, me ayudó con mi solicitud de Jahrbücher y fue un maravilloso anfitrión durante el tiempo que pasé en Andernach. Mi más profundo agradecimiento a Henry Corbin, que me mantiene en buen lugar entre los ángeles. Gracias a mi padre, Pierre Calonne, estimulante, valiente, vital y dichosamente literario a sus ochenta y nueve años, que me lee a Montaigne, Plutarco, La Rochefoucauld, E. M. Cioran y Thomas Wolfe y comparte conmigo sus últimas recetas de comida china. Gracias a mi hermano Ariel Calonne y su esposa Pat y a mis sobrinos Alexander, Nicholas y Michael. Gracias por todo como siempre a Maria Beye. En City Lights me han brindado toda la ayuda y el apoyo necesarios Elaine Katzenberger, Stacey Lewis, Robert Sharrard y sobre todo mi editor Garrett Caples, tan enterado, sensible y brillante. Gracias a John Martin por creer en mi trabajo y a Linda Lee Bukowski por su amabilidad y sus múltiples muestras de cariño.

PRÓLOGO

Charles Bukowski escribió una serie de seis relatos entre 1944 y 1948, incluidos «Consecuencias de una larga nota de rechazo» (1994) en Story, «A 20 tanques de Kasseldown» (1946) en Portfolio III y el cuarteto que apareció en Matrix: «La razón detrás de la razón» (1946), «Amor, Amor, Amor» (1946-1947), «Cacoethes scribendi» (1947) y «Difícil sin música» (1948). «La razón detrás de la razón» —aunque adornado con el primer dibujo publicado de Bukowski, en el que se ve a un jugador de béisbol que se lanza cómicamente a atrapar una pelota que se le escapa— está impregnado de una espeluznante sensación de inquietud. El protagonista, Chelaski, es un individuo perplejo, enigmático, callado, retraído; no ve razón para desempeñar el papel que le corresponde en el partido porque, al igual que el juego de la vida, es absurdo. Bukowski presta suma atención al pequeño detalle inconexo y observado de una manera curiosa, y deja constancia de su maestría, ya desde muy temprano, en el oficio de la ficción: «fuego en cosas introducidas en bocas» de espectadores; «las gruesas venas en el cuello rojo» de Jamison; un rítmico y lírico destello de misterio erótico de la chica en las gradas con «falda verde, y un pliegue en una falda verde que aleteaba como una sombra».

Al igual que Roquentin en La náusea (1938) de Jean-Paul Sartre, que experimenta el mundo como algo «ajeno» y se asquea ante la horrible esencia del nogal, Chelaski también se siente «distinto», a la deriva en un universo indiferente en el que las «cosas no acaban de encajar» e «incluso el sol parecía un tanto enfermizo, el verde de las verjas demasiado verde, el cielo demasiado alto» y un extraño pájaro recurrente pasaba «brincando por el aire, arriba y abajo, de camino a alguna parte, muy rápido». El título «La razón detrás de la razón» sugiere un enigma inescrutable oculto tras las razones que inventamos para interpretar nuestra experiencia. Sean cuales sean los significados, resultan tan poco razonables que más vale pasarlos por alto en silencio. Es el poeta, quien como individuo lo pone todo en tela de juicio, el que está perdido, mientras todos los miembros de la muchedumbre «se mantenían unidos en un extraño acuerdo». Se trata de la zona mística y solitaria en la que nada ni nadie tiene vinculación; hay que tener presente que una de las novelas preferidas de Bukowski era El corazón es un cazador solitario, de Carson McCullers.

«Cacoethes scribendi» se centra en un editor/escritor que busca ayudante para su revista literaria. Una vez más el ambiente es raro, con extrañas perturbaciones en la atmósfera, la abstrusa elección semántica expresamente discordante: «monarca protector», «diacrítico», «acéfalo», «cebú», «linceo». El título procede de la Sátira VII de Juvenal y podría traducirse como «una necesidad de escribir endémica e incurable», lo que precisamente describe a Bukowski, ya que era un escritor esforzado e incesantemente productivo que enviaba sin cesar poemas, relatos y artículos prácticamente a todas las publicaciones literarias de Estados Unidos (así como a varias en Europa). De hecho, envió poemas a Poetry (Chicago) entre 1953 y 1956 y publicó los poemas «La mirada» en Matrix en 1951, «Pasar la noche» en Naked Ear en 1956, «Estas cosas» y «Fumas un pitillo» en Quixote en 1956, «Poema para directores de personal» y «Como el gorrión» en Quixote en 1957, y «Mío» en Semina 2, de Wallace Berman, en 1957.

«80 aviones no te dejan fuera de toda sospecha» (1957) es digno de atención dado que se trata del primer relato en que el narrador se llama «Hank», mientras que en «Amor, Amor, Amor» el protagonista es «Chuck» y en «La razón detrás de la razón» es «Chelaski». Bukowski acabaría decantándose por Henry («Hank») Chinaski (derivado de su nombre de pila Henry Charles Bukowski, hijo) como álter ego literario. Este relato supone un regreso al tono más caprichoso de «Consecuencias» y la historia gira en torno a la biografía de D. H. Lawrence: su tentativa fallida de fundar la colonia de Rananim con sus amigos, su esposa Frieda von Richthofen, y el parentesco de ésta con «El Barón Rojo», Manfred von Richthofen. La alusión al Barón Rojo nos remonta a los comienzos literarios de Bukowski; uno de los primeros relatos que ideó de niño tenía que ver con el piloto de combate alemán de la Primera Guerra Mundial. Richard Aldington, Homero, Shakespeare, Twain, Stevenson, Huxley, Confucio y Beethoven son todos evocados durante una alegre noche dedicada a beber y cazar mujeres. Wein, Weib und Gesang —vino, mujeres y canciones, o alcohol, sexo y poesía/música— se convertiría en la obsesiva santa trinidad temática de Bukowski; si uno existe en sus relatos, sin duda estarán presentes los otros dos.

«Ausencia del héroe» de Charles Bukowski

Charles Bukowski. Escritor americano, fue uno de los autores más influyentes en la literatura americana del siglo XX gracias a su estilo personal, transgresor y cargado de sentimientos en estado puro.

Nacido en Alemania y criado en la ciudad de Los Ángeles, Bukowski estudió periodismo sin llegar a terminar sus estudios. Tras esta etapa comenzó a escribir al tiempo que viajaba por los Estados Unidos realizando todo tipo de trabajos. Fue después de sufrir un colapso debido a una úlcera sangrante que comenzó a escribir poesía. La mayor parte de esta época (años 50) fue descrita por Bukowski en varios de sus relatos autobiográficos.

Durante la década de los 60, Bukowski trabajó como cartero y comenzó a publicar sus escritos en revistas como The Outsider y a colaborar para medios independientes como Open City o Los Ángeles Free Press.

En 1969 decidió dedicarse en exclusiva a la escritura gracias a la confianza mostrada por su editor John Martin. Su primera obra, El Cartero, fue publicada ese mismo año. A esa novela seguirían otras tan famosas como Factótum, Hollywood o Pulp, además de numerosas antologías como La máquina de follar o Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones; también hay que destacar las recopilaciones de sus artículos en prensa como Lo que más me gusta es rascarme los sobacos.

La obra de Bukowski influyó tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo y su obra fue traducida a más de doce idiomas. Su vida inspiró la película Ordinaria locura y también Barfly, cuyo guión fue escrito por el propio autor.

Charles Bukowski murió en San Pedro el 9 de marzo de 1994.