Poesía

La hora intempestiva

Fernando Chelle

LA HORA INTEMPESTIVA

Siento desierta la siesta de enero
todo es sol y chicharra
sequedad, polvo y silencio.
Será que seré el único
con los ojos abiertos
en medio de las llamas
de estas calles resecas.
Tal vez yo sea el sueño
de una almohada en el suelo
junto una cama grande
al pie de la simiente.

CORTEJO LINGÜÍSTICO

A veces las palabras me miran desde lejos
las observo
trato de acercarme
pero me esquivan,
siguen allí
buscan ser conquistadas
ubicarse en mi poema,
no de cualquier manera,
buscan ser cortejadas
seducidas,
luego sí,
se acuestan en la línea de mis versos.

MUELLES DE LA PALABRA

La evanescencia de la palabra me salva del mundanal ruido,
las hay sentimentales, impresionistas, pintoras,
son muelles del verbo eterno
que nos roza en la garganta,
en los pulmones.
El himno gigante sigue anunciando
y corre, se ramifica y como siempre
se dilata en nuevas sombras.
Las páginas brillan,
ahora resplandecen y se modifican,
pero son páginas,
no humo, perfume, sonido o viento.
La palabra
cabalga sus nuevos corceles,
compañeros del poeta
que sigue cantando, gritando, viviendo,
ahora despojado del métrico corsé
y de la rima represora,
ahora lejos del mármol y las escalinatas
camina por las calles con todo el pecho al viento.
La palabra ya no quiere ser el queso de las ratas,
quiere estar ahí, inmediata y cotidiana,
enamorada de los guantes, las calles,
la sopa y las colmenas.
Preferí beber tus ismos,
zurcirte, engarzarte y presentarte
pura, directa y palpitante,
con un verbo libre que viaje
hacia asideros que lo terminen de nacer,
donde habitan mis cómplices,
mis hermanos

COSMOS, 1984

Una luz dulce de mandarina en otoño
calienta el viejo patio de mi niñez,
la fantasía es un colchón de hojas en el suelo
murmurando con un viento de lenguas invisibles,
lo poético ya está allí
es el silencio de ese patio a plena luz
ese niño amando su soledad
absorto en el diamante
que deja al pasar un caracol,
lo mágico es ese lugar sin mar
sin pantalones blancos
sin perfumes corrompidos,
la felicidad,
es la sombra de un árbol
donde viven los pájaros
la sombra que se arrastra en silencio
con olor a mandarinas
para comunicarse
con el viento
las hojas
y las ramas de diamante.

AL GRAN SOL

Ilumina el templo con el poncho
que hasta los ricos se verán deleitados.

Pon tus hebras de fuego extendidas
sobre la tenebrosa y profunda unidad.

Haz arder los rostros de los suicidas
para que con tu humo no se esfumen

y años de albañilería no sucumban
en un momento de derrumbamiento.

Entibia la guarida de la esperanza
que como un lagarto se dejará a-dorar
ante tu imperio de luz.

Infunde en mi tu poder,
haz que yo haga amanecer
encendiendo palabras y sonidos
colores y notas.

ÉGLOGA QUE NO FUE

El dulce lamentar de un pastor…
¡cómo me hubiera gustado comenzar de esa manera!
pero no puedo.
Lejos estoy del llanto de Salicio
y del bucólico verso de Garcilaso,
el campo para mí es algo ajeno
donde apenas disfruté de algún caballo
de un cielo con estrellas,
lo demás, salvo el viento, no me pertenece.
La tierra apuñalada…
poste y cultivo
poste y ganado
poste, poste y alambrado.
¿Qué poesía hay allí?,
apenas humo de monte
sombra de árbol en el llano
silencio,
nada.

ODA A LA PÁGINA EN BLANCO

La página en blanco es generalmente blanca
y el blanco alude a su vacío
a la nada que contiene
a la posibilidad infinita de discursos
a la ausencia de letras, de palabras.

La página en blanco
es una invitación a la fiesta del lenguaje
quiere que la violen
pide que la transgredan
que la irrespeten
para dejar definitivamente de ser
ese vacío infinito del universo
ese material poroso sin corazón
ese desdichado fragmento de la nada.

Ausencia de ti

Un desierto con objetos
que dejan caer su sombra muerta
por la falta de tu aliento.
Un brillo tenue y triste de cristales
incomparable al resplandor de tus ojos
permanece inmóvil tras una luz polvorienta.
Un vacío de gotas repetidas
una ausencia de sonidos blancos
de gustos verdes y olores naranjas
han despoblado este refugio,
pero todo pasará,
llegará la vida, y tendrá tus ojos.

Fernando Chelle. Mercedes, Uruguay, 1976.

Poeta, narrador, ensayista, corrector de estilo y crítico literario uruguayo. Autor de los libros: Poesía de los pájaros pintados (Colombia, 2013); Curso general de lectoescritura y corrección de estilo (Colombia, 2014); El cuento fantástico en el Río de la Plata (Colombia, 2015), Muelles de la palabra (Colombia, 2015) y Las otras realidades de la ficción (Colombia, 2016). Ha recibido dos menciones en poesía, en el XI Concurso Literario Bonaventuriano de Poesía y Cuento 2016, Universidad de San Buenaventura, Cali, Colombia, y en el III Concurso Internacional de Poesía “La Palabra de mi Voz”, Publicaciones Entre Líneas, Miami, EE. UU. Obtuvo la primera mención en narrativa, en el V Concurso Literario de Poesía y Narrativa, organizado por el Espacio Mixtura, de la ciudad de Montevideo, Uruguay.