El lado más aventurero e inspirador del escritor argentino Jorge Luis Borges llega a la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires a través de una serie de homenajes por el 30 aniversario de su muerte, entre los que destaca una exposición fotográfica de sus viajes, con instantáneas tomadas por su viuda, María Kodama.
En entrevista realizada por Efe, con motivo de la muestra “El Atlas de Borges”, que se puede visitar en la feria del libro de la capital argentina hasta el 9 de mayo, Kodama recuerda el espíritu viajero del escritor, que “representa un icono dentro de la literatura, dentro de la escritura” argentina, gracias a que “se dio a conocer afuera” y lo “adoptaron distintos países”.
Según contó Kodama, pese a la gran carga de trabajo que tenía, Borges siempre quería hacer escapadas con ella y ambos disfrutaban “muchísimo” de lugares “fuera de lo común”.
Así, se puede ver al autor de “El Aleph” disfrazado para una fiesta de Halloween en Wisconsin, Estados Unidos, a punto de comer en Japón, junto a un camello en Marruecos, paseando por las pirámides de Giza, admirando la Mezquita Azul de Estambul o bajo el sol de Sevilla, posando solo o junto a María Kodama, durante los viajes realizados en los años 70 y 80.
Es “una manera de compartir con los admiradores de Borges, y no solo verlo en las conferencias” sino también “paseando, de vacaciones, bien, feliz…”, afirmó su viuda.
La muestra, organizada por la Fundación Borges y el Foro Ecuménico Social, regresa a Buenos Aires después de seis años viajando por el mundo y está compuesta por estas imágenes y otras que pertenecen al archivo del Adolfo Bioy Casares, amigo de Borges; entre estas últimas, tomadas en blanco y negro, se puede ver a Borges en las calles del barrio porteño de San Telmo en los años 70, junto a su madre, o al lado de Bioy en una playa.