Crímenes ejemplares
Max Aub
Max Aub fue escribiendo los Crímenes ejemplares de manera libre y lúdica, trabajando con un potente humor negro y una fuerte irreverencia en cuanto a las formas, este abanico de argumentos frente a lo inaceptable del acto violento llevado al extremo: la aniquilación del otro. El humor descontractura y a la vez da cuenta de la posición de quien lo esgrime. Aun lo sabía y por eso declara: «Me declaro culpable y no quiero ser perdonado. Estos textos dejo constancia no tienen segundas intenciones: puro sentimiento». En la fuerza que ofrecen estos microrrelatos, lo grotesco del crimen es trabajado a través de la repetición creativa, nunca monótona. Nuevamente Aub ofrece la clave de lectura: «Siempre que pude evité la monotonía, que es otro crimen». Leer, reír y reflexionar son un mismo fruto que madura a través de las páginas de este libro. Las ilustraciones de Linares dialogan íntimamente con los conceptos más fuertes del libro, trabajada para tal fin con la atinada bicromía del rojo y negro «en rápidos trazos…
La obra maestra desconocida
Honoré de Balzac
Este relato breve y sabroso, que es en verdad una tensa novela, la de la lucha de años del pintor Frenhofer por atrapar la vida misma, acabó por ser una fábula: la del arte de hoy, Rodin, Cézanne o Picasso (cuyo encuentro con la obra de Balzac reseñan las ilustraciones de esta edición), pero también Rilke o Schónberg y Thomas Mann, todos ellos vieron en el juego de barajas en que se enfrascan los tres pintores, — con una pintura y una mujer de por medio y la vida por prenda — la cifra del acto de creación. El propio Balzac entendió poco a poco que había encontrado con ese relato la clave de su obra. Como bien muestra Francisco Rivera, Balzac conjura en él sus demonios, y echa al traste el obstáculo que la belleza antepone en arte a lo real: mejor fragmentos de obra, pedazos de cuerpo, un pie, vivos, que por supuesto una obra sin vida, un cadáver exquisito. Pero peor aún es la vida sin la…
GOG
Giovanni Papini
Con la excusa de las andanzas de un excéntrico y escéptico millonario, un tal Goggins apocopado en Gog, nombre de resonancias bíblicas y apocalípticas (tal como muestra Papini en el arranque de la obra, sin citar, pero conociéndolo de sobra, el Libro de Ezequiel 38:3, el precisamente titulado “Profecía contra Gog”: «Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal»), que le ha entregado al autor un legajo de papeles, una especie de diario de encuentros con toda clase de personajes, algunos de ellos personalidades cuyas vidas han modificado la Historia (Henry Ford, Gandhi, Lenin, Herbert George Wells, Thomas Alva Edison, Sigmund Freud, Albert Einstein, Ramón Gómez de la Serna, George Bernard Shaw, Knut Hamsun…), Papini da un repaso demoledor y cáustico a la civilización humana, a sus supuestos logros, a sus múltiples sombras.
La condena
Franz Kafka
En los últimos años la suerte ha favorecido a Georg Bendeman, por el contrario, su buen amigo afincado en Rusia está en plena crisis existencial. Georg ha ido ocultando sus éxitos a su amigo por miedo a que éste pueda sentirse acomplejado, pero un día decide que lo más justo es contarle la verdad. Antes de escribirle, va a pedir consejo a su padre quien aprovechará la ocasión para expresar su descontento y recriminarle por su actitud. Se trata de un relato corto y profundo que habla sobre las limitaciones de la amistad, la envidia y la rivalidad entre padres e hijos.