La muñeca de modista
Agatha Christie
La muñeca descansaba en la gran silla tapizada de terciopelo. No había mucha luz en la estancia, pues el cielo de Londres aparecía oscuro. En la suave y gris penumbra se mezclaban los verdes de las cortinas, tapices, tapetes y alfombras. La muñeca, cuya cara semejaba una mascarilla pintada, yacía sobre sus ropas y gorrito de terciopelo verde...
Historia del joven de los pasteles de crema
Robert Louis Stevenson
Mientras vivió en Londres, el eminente príncipe Florizel de Bohemia supo granjearse el aprecio de los más por la seducción de sus maneras y por su concepción de la generosidad. Se le tenía por un hombre notable, aunque poco más se sabía de él...
Las nuevas noches árabes. El dinamitero
Robert Louis Stevenson
Robert Louis Stevenson, nacido en 1850 en Edimburgo, es una de las figuras literarias más destacadas del siglo XIX. Conocido por su inigualable capacidad para mezclar lo real y lo fantástico, Stevenson se adentró en la escritura de ficción tras un periodo dedicado principalmente a artículos y libros de viajes. Fue su estancia en Francia, donde conoció a su futura esposa Fanny van der Grift, lo que marcó un punto de inflexión en su carrera. A partir de 1877, su vida experimentó un giro significativo, y comenzó a crear relatos que combinarían la aventura y el misterio, características que definirían su estilo literario. "Las nuevas noches árabes" es una de las primeras colecciones de cuentos de Stevenson, publicada en 1882. Este libro, compuesto por una serie de relatos breves, a pesar de su aparente fragmentación, ofrece una coherencia interna que lo convierte en una obra unitaria. Inspirado en "Las mil y una noches", Stevenson entrelaza sus historias con un denominador común: la lucha por la supervivencia en un entorno hostil.…
Sombra en la noche
Dashiell Hammett
"Un sedán con los faros apagados estaba parado en el arcén, más arriba del puente de Piney Falls. Cuando lo adelanté, una chica asomó la cabeza por la ventanilla y dijo:.."
El almirante ha desaparecido
Georges Simenon
"Los hechos son los hechos, y todos los razonamientos del mundo no pueden nada contra ellos. En vano la gente de la pequeña población repetía, a propósito de la desaparición del almirante..."
Las manzanas
Agatha Christie
Las manzanas es una novela de misterio escrita por Agatha Christie y publicada en 1936. Es la décima entrega de la serie protagonizada por el detective belga Hércules Poirot, quien debe resolver el asesinato de una anciana millonaria durante una fiesta de Halloween. La novela se destaca por su trama ingeniosa y llena de giros inesperados, que mantienen al lector en vilo hasta el final. Christie demuestra su maestría para crear personajes complejos y sospechosos, que ocultan secretos y motivos ocultos. El estilo de la autora es ágil y elegante, con un toque de humor e ironía que alivian la tensión de la historia. Las manzanas es una obra imprescindible para los amantes del género policial y de la literatura inglesa. Se trata de una novela que combina el suspense, la intriga y el ingenio, con una ambientación cuidada y una resolución sorprendente. Es una muestra del talento de Agatha Christie, considerada la reina del crimen y una de las escritoras más leídas de todos los tiempos.
Solo se ahorca una vez
Dashiell Hammett
"Era una mujer morena, alta, de ojos azules, de veinticuatro o veinticinco años, con buenos hombros y un cuerpo fuerte y esbelto. La calidez de sus facciones compensaba su falta de armonía. Vestía un pijama de raso azul de perneras anchas."
Bajo pena de muerte
Georges Simenon
¿Te gustan las historias de pasión, aventura y sacrificio? Entonces no te puedes perder Bajo pena de muerte, un cuento del maestro del suspense Georges Simenon. En esta obra, el autor nos traslada a una isla francesa donde un humilde marinero se enamora de una mujer casada con un tirano. Juntos, intentarán escapar de su destino, pero el marido celoso les pondrá las cosas difíciles. ¿Podrán vivir su amor libremente o tendrán que pagar un alto precio por él?
Los chantajistas no matan
Raymond Chandler
"Rhonda Farr era muy guapa. Para esta ocasión vestía toda de negro, excepto el cuello de piel blanca, ligero como la pelusa de cardo, de su abrigo de noche. Y exceptuando también una peluca blanca que pretendía servir de disfraz y le daba un aspecto de muchachita. Tenía los ojos azules como el aciano, y la clase de piel con la que sueñan los viejos libertinos."
Los cuatro sospechosos
Agatha Christie
"Ninguno de ellos tiene una coartada ni es capaz de atestiguar la declaración de los demás. Pero una cosa es cierta: nadie del exterior pudo hacerlo ya que la presencia de un extraño hubiera sido advertida con seguridad en el pueblecito de King’s Gnaton."
El duelo del doctor Hirsch
G. K. Chesterton
"Un alarido pareció hacer temblar la fachada de la mansión vecina; dos piedras salieron volando y una rompió un ventanal a la altura de la galería. El indignado coronel se lanzó una vez más bajo la arcada y se le oyó gritar y tronar en el interior. A cada momento el mar humano se hacía mayor y se estrellaba contra la verja y los escalones de la casa del traidor"
La carta robada
Edgar Allan Poe
"—Con frecuencia, la persona que desea esconder algo levanta la tapa de una mesa o de un mueble similar, hace un orificio en cada una de las patas, esconde el objeto en cuestión y vuelve a poner la tabla en su sitio. Lo mismo suele hacerse en las cabeceras y postes de las camas."
La décima pista
Dashiell Hammett
"Muy lentamente se volvió hacia mí con el auricular aún en la mano. Tenía el rostro grisáceo y contraído en un gesto de angustia, los ojos abiertos de par en par por la sorpresa y la boca entreabierta."
La casa de la calle Turk
Dashiell Hammett
"No me levanté; no pude. Me había quedado paralizado. Permanecí sentado y dirigí la mirada a los Quarre. Al verlos me dije que era imposible que algo frío me tocara la nuca, que era imposible que una voz áspera me ordenara que me levantara. No podía ser..."
Los tres jinetes del Apocalipsis
G. K. Chesterton
La singular y a veces inquietante impresión que Mr. Pond me causaba, a pesar de su cortesía trivial y de su corrección, se vinculaba tal vez a alguno de mis primeros recuerdos y a la vaga sugestión verbal de su nombre. Era un viejo amigo de mi padre, un funcionario; y sospecho que mi imaginación infantil había mezclado de algún modo el nombre de Mr. Pond con el estanque del jardín...
Nido de avispas
Agatha Christie
John Harrison salió de la casa y se quedó un momento en la terraza de cara al jardín. Era un hombre alto de rostro delgado y cadavérico. No obstante, su aspecto lúgubre se suavizaba al sonreír, mostrando entonces algo muy atractivo...
Una broma extraña
Agatha Christie
-Y esta -dijo Juana Helier completando la presentación- es la señorita Marple. Como era actriz, supo darle entonación a la frase, una mezcla de respeto y triunfo...
El guardián de su hermano
Dashiell Hammett
Sé que muchos hablaban mal de Loney, pero conmigo siempre fue fabuloso. Desde que tengo memoria fue fabuloso, y supongo que me habría caído tan bien si hubiese sido cualquiera en lugar de mi hermano. De todos modos, me alegro de que no fuera cualquiera...
Los muertos no resucitan
Ray Bradbury
Viajeros en el tiempo, siniestros circos de seres peculiares, autómatas vivos… ¿y detectives? Para celebrar el centenario del nacimiento de Ray Bradbury, el celebérrimo autor de Fahrenheit 451, se publica esta nueva antología definitiva de su lado menos conocido como escritor de literatura negra, y que incluye tanto cuentos clásicos como joyas desconocidas, algunos de los cuales se convirtieron en episodios de las series de televisión Alfred Hitchcock presenta y The Ray Bradbury Theater, incluido un cuento que el propio Bradbury definió como «uno de los mejores relatos de cualquier género que he escrito jamás». ¿Puede considerarse un asesinato matar a un robot con aspecto humano que habla, piensa y siente como una persona? ¿Puede ser incriminado un ventrílocuo por el testimonio de su muñeco? ¿Puede un viajero en el tiempo evitar que su yo más joven asesine a la mujer que ambos aman? ¿Y puede el hermano superviviente de unos siameses investigar el asesinato de su hermano? Ningún escritor ha podido competir jamás con la imaginación y el talento…
El vampiro de Sussex
Arthur Conan Doyle
El vampiro de Sussex es una de las 56 historias cortas de Sherlock Holmes escritas por el autor británico sir Arthur Conan Doyle. Es una de las 12 historias del ciclo conocido como El archivo de Sherlock Holmes y fue publicada en 1924. Por más loco que parezca, Sherlock Holmes resolverá dos casos relacionados con vampirismo en la Inglaterra del Sigo XIX. Una madre Peruana bebe la sangre del cuello de su bebé recién nacido, ella lo hace constantemente y a escondidas de su esposo inglés, el Sr. Ferguson. Cuando su esposo la descubre, ella se encierra en su cuarto mostrando delirios de locura, mientras el Sr. Ferguson observa como su sueño familiar se desvanece sin explicación alguna. El Sr. Ferguson acudirá al consultorio de Sherlock Holmes y el Dr. Watson para que le ayuden a descifrar la verdad.
El simple arte de matar
Raymond Chandler
En el ensayo «El simple arte de matar» Raymond Chandler critica a los escritores que convirtieron la literatura policíaca en un género ligero centrado en la resolución de un enigma y reivindica la novela detectivesca realista, la llamada literatura «hard-boiled», y la obra de Dashiell Hammett, quien logró que los asesinatos fueran más humanos. Esta edición recoge el célebre ensayo seguido de los ocho relatos pulp previos a su primera novela que el propio Chandler escogió para que fueran reeditados en 1950 en un volumen homónimo.
El archivo de Sherlock Holmes
Arthur Conan Doyle
Con la publicación de "El archivo de Sherlock Holmes" en 1927, Arthur Conan Doyle (1859-1930) consiguió al fin hacer realidad su tantas veces perseguido deseo de "liberarse", esta vez de forma incruenta, del que es sin disputa el más famoso detective de todos los tiempos. El volumen reúne doce apasionantes nuevas aventuras del singular investigador, entre las que figura, excepcionalmente, alguna de las pocas que dejó sin resolver, como «La aventura de la inquilina del velo». Otros libros del mismo protagonista en esta colección: "Estudio en escarlata", "El sabueso de los Baskerville", "El valle del terror", "El signo de los cuatro", "Las aventuras de Sherlock Holmes", "Las memorias de Sherlock Holmes", "El último saludo de Sherlock Holmes" y "El regreso de Sherlock Holmes".
La huella del pulgar de san Pedro
Agatha Christie
Ahora, tía Jane, te toca a ti -dijo Raymond West. -Sí, tía Jane, esperamos algo verdaderamente sabroso -exclamó en tono festivo Joyce Lempriére. -Vamos, vamos, no se burlen de mí, queridos -replicó la señorita Marple plácidamente-. Creen que por haber vivido toda mi vida en este apartado rincón del mundo probablemente no he tenido ninguna experiencia interesante...
La hierba mortal
Agatha Christie
Ahora usted, señora B -dijo don Henry Clithering. La señora Bantry, su anfitriona, lo miró con aire de reproche. -Le he dicho muchas veces que no me gusta que me llame señora B. Es una falta de respeto. -Scherezade, entonces…
El camino de regreso
Dashiell Hammett
-¡Está loco si deja pasar esta oportunidad! Le concederán el mismo mérito y la misma recompensa por llevar las pruebas de mi muerte que por llevarme a mí. Le daré los documentos y las cosas que tengo encerrados cerca de la frontera de Yunnan para respaldar su historia, y le aseguro que jamás apareceré para estropearle el juego...
La ahogada
Agatha Christie
Don Henry Clithering, excomisionado de Scotland Yard, estaba hospedado en casa de sus amigos, los Bantry, cerca del pueblecito de St. Mary Mead. El sábado por la mañana, cuando bajaba a desayunar a la agradable hora de las diez y cuarto, casi tropezó con su anfitriona, la señora Bantry, en la puerta del comedor. Salía de la habitación evidentemente presa de una gran excitación y contrariedad...
El rey del trébol
Agatha Christie
La verdad -observé dejando el Daily Newsmonger a un lado- tiene más fuerza que la ficción. La observación no era original, pero pareció gustar a mi amigo, que, ladeando la cabeza de nuevo, se quitó una mota imaginaria de polvo de los bien planchados pantalones y observó:..
La gota de sangre
Emilia Pardo Bazán
En 1909, dos años antes de escribir La gota de sangre, confesaba doña Emilia: Cuando leo en la prensa el relato de un crimen, experimento deseos de verlo todo, los sitios, los muebles, suponiendo que averiguaría mucho y encontraría la pista del criminal verdadero.
El cuarto hombre
Agatha Christie
El canónigo Parfitt jadeaba. El correr para alcanzar el tren no era cosa que conviniera a un hombre de sus años. Su figura ya no era lo que fue y con la pérdida de su esbelta silueta había ido adquiriendo una tendencia a quedarse sin aliento, que el propio canónigo solía explicar con dignidad diciendo “¡Es el corazón!”...
Demasiados han vivido
Dashiell Hammett
La corbata del hombre eran tan naranja como una puesta de sol. Se trataba de un individuo robusto, alto y puro músculo. El pelo oscuro con raya al medio y pegado al cuero cabelludo, las mejillas firmes y carnosas, la ropa que ceñía su cuerpo con evidente comodidad, e incluso las orejas, pequeñas y rosadas, adheridas a los lados de la cabeza...