Los embajadores
Henry James
Lambert Strether tiene cincuenta y cinco años, es viudo y está prometido con una viuda de Woollett, Massachusetts, la cual lo manda a París con una delicada misión: rescatar a su joven hijo Chad, que lleva allí seis años y últimamente ya ni escribe. Chad está destinado a ser un pilar del prosperísimo negocio familiar y es importante que vuelva y que además se case con una señorita decente de Nueva Inglaterra. Los embajadores (1903) –que aquí presentamos en una nueva traducción de Miguel Temprano García– era para Henry James su novela favorita y constituye sin duda un hallazgo excepcional: quizá la única novela de formación protagonizada por un hombre de cincuenta y cinco años.
La gran serpiente
Pierre Lemaitre
Siempre hay que desconfiar de las señoras de mediana edad bien vestidas, con aspecto de jubiladas y acompañadas de un dálmata espantadizo, como Mathilde Perrin, una viuda de sesenta y tres años algo entrada en carnes bajo cuya apariencia anodina se esconde una pistolera a sueldo de gatillo fácil y nervios de acero. Experimentada y diligente en el manejo de armas de gran calibre, capaz de dar esquinazo a la policía y agotar a sus perseguidores, esta veterana heroína de la Resistencia ejecuta sin piedad los encargos de un misterioso comandante cuando no está cuidando su jardín de las afueras de París. Sin embargo, los frecuentes descuidos y el mal carácter de la antaño perfeccionista Mathilde, que la vuelven cada vez más incontrolable y perturbadora, empiezan a preocupar a las altas esferas, dispuestas a deshacerse de ella antes de que sea demasiado tarde. Brillante combinación de una trama ingeniosa y precisa con un ritmo trepidante, La gran serpiente es la primera novela negra escrita por Pierre Lemaitre. Un tablero de…