Ficción

Amanecer. Foto por Jordan Wozniak en Unsplash

La señal

Inés Arredondo

El sol denso, inmóvil, imponía su presencia; la realidad estaba paralizada bajo su crueldad sin tregua. Flotaba el anuncio de una muerte suspensa, ardiente, sin podredumbre pero también sin ternura. Eran las tres de la tarde...
Kinhyoshi Yorin, héroe de Suikoden. Por Utagawa Kuniyoshi

Diplomacia

Lafcadio Hearn

Según las órdenes, la ejecución debía llevarse a cabo en el jardín del yashiki. De modo que condujeron al hombre al jardín y lo hicieron arrodillar en un amplio espacio de arena atravesado por una hilera de tobiishi, o pasaderas, como las que aún suelen verse en los jardines japoneses. Tenía los brazos sujetos a la espalda...
Manzana. Foto por Pranjall Kumar en Unsplash

Una manzana regalada

Tennessee Williams

Durante una hora después de que dejara la cadena de colinas había caminado con el ardiente sol dándole en la nuca. La áspera correa de lona le irritaba los hombros y tenía la región lumbar sensible debido al golpeteo rítmico de la mochila...
Rievaulx Abbey

El abate Aubin

Prosper Mérimée

Prometí escribirte, mi querida Sofía, y cumplo mi palabra: después de todo es lo mejor que puedo hacer durante estas largas veladas. En mi última carta te dije de qué modo caí en la cuenta de que tenía treinta años y estaba arruinada. Para la primera de estas desgracias, no hay remedio. En cuanto a la segunda, nos resignamos bastante mal, pero, en fin, nos resignamos...
Kalamazoo. Foto por Harrison Fitts en Unsplash

Allá en Michigan

Ernest Hemingway

Jim Gilmore llegó a Hortons Bay procedente de Canadá y compró la herrería al viejo Horton. Era bajo y moreno, con grandes bigotes y manos grandes. Era bueno poniendo herraduras y no tenía mucho aspecto de herrero ni con el delantal de cuero puesto. Vivía encima de la herrería y comía en casa de D. J. Smith...
Pájaro por Dvora Bochman

El pájaro malo

Manuel A. Alonso

Si el lector ha hecho alguna vez el camino de Caguas a la capital de Puerto Rico, recordará el hermoso valle que media entre la cuesta de Quebrada-Arenas, y el cerro llamado de la Mesa; valle ameno y muy fértil regado por el río Cañas y la Quebrada-Arenas, y sembrado de infinidad de árboles, algunos de los cuales, situados a la orilla del camino, sirven de día para guarecerse el viajero de los ardores del sol, y mienten de noche fantásticas apariciones que asustan a más de un supersticioso...
Llanos de Elorza. Foto por Jean-Luc Crucifix en Unsplash

La gloria de Mamporal

Andrés Eloy Blanco

“Venga usted”; venga a que le toque un poco de mi vida tensa de Mamporal. A mí no me diga usted que la vida de los pueblos es tediosa y la de la ciudad, trepidante. “No me entra eso”. Ayer no más he escrito esas palabras en mi carta para Adriana, la amiga temeraria. Y agregué: “Mamporal, si usted quiere, es la capital del mundo; para mí, en estos días, Mamporal es el centro del sistema planetario”...
Mensajeros escitas se encuentran con el rey persa Darío

El rey burgués

Rubén Darío

¡Amigo! El cielo está opaco, el aire frío, el día triste. Un cuento alegre… así como para distraer las brumosas y grises melancolías, helo aquí...
Camino rural. Foto por Timothy Eberly en Unsplash

Los caminos

Haroldo Conti

A veces pienso que los días de mi vida se parecen a las teclas de esta máquina. Son redondos y precisos y justamente porque no hacen otra cosa que escribir...
Mosquito

Paludismo

Víctor Cáceres Lara

La noche iba poniendo oscuros toques de angustia en los ángulos de la habitación destartalada donde el aire penetraba sometido a racionamiento riguroso y donde la luz, aun en la hora más soleada del día, no alcanzaba a iluminar plenamente...
El barón de Grogzwig - Charles Dickens

El barón de Grogzwig

Charles Dickens

El barón Von Koëldwethout, de Grogzwig, Alemania, era probablemente un joven barón como cualquiera le gustaría ver uno. No es necesario que diga que vivía en un castillo, porque es evidente; tampoco es necesario que diga que vivía en un castillo antiguo, pues ¿qué barón alemán viviría en uno nuevo?...
Persona en la ventana. Foto por Noah Silliman en Unsplash

En provincia

Augusto d'Halmar

Tengo cincuenta y seis años y hace cuarenta que llevo la pluma tras la oreja; pues bien, nunca supuse que pudiera servirme para algo que no fuese consignar partidas en el libro Diario o transcribir cartas con encabezamiento inamovible: “En contestación a su grata, fecha… del presente, tengo el gusto de comunicarle…”
Colours of the Wind. Foto por Diana Simumpande en Unsplash

Alejandrina

Juan José Arreola

La poetisa Alejandrina llegó procedente de Tamazula, bien munida de informes y referencias acerca de casi todos nosotros. Llegó en el momento oportuno cuando ya estábamos reunidos y dispuestos al banquete del espíritu...
Novia. Foto por Kenny Luo en Unsplash

La novia llega a Yellow Sky

Stephen Crane

El gran Pullman avanzaba por las vías con tal dignidad de movimientos que una mirada desde la ventana parecía simplemente probar que las planicies de Tejas caían hacia el este. Vastas extensiones de césped verde, huecos rellenos de mezquites y cactus, grupitos de casas, bosquecitos de árboles tiernos y graciosos, todo se extendía al este, hasta el horizonte, un precipicio...
Abrázame. Foto por Elizabeth Tsung en Unsplash

La amante de Santiago

Ramón Gómez de la Serna

Todos los amigos de Santiago estaban sorprendidos de aquella predilección suya por una mujer de aspecto tan vulgar. No la soltaba, no la dejaba hablar con nadie, caminaba siempre de su brazo, incrustándose en ella...
Mujer mirando el cielo. Foto por averie woodard en Unsplash

Especular

Rubem Fonseca

Como hacíamos todos los días, menos los domingos, estábamos lado a lado cada quien sobre su bicicleta en el gimnasio mientras hablábamos sin parar. La música estridente no nos molestaba...
París. Foto por Grillot edouard en Unsplash

El último cliente de la noche

Marguerite Duras

La carretera atravesaba la Auvernia y el Cantal. Habíamos salido de Saint-Tropez por la tarde, y condujimos hasta entrada la noche. No recuerdo exactamente qué año era, fue en pleno verano. Lo conocía desde principios de año. Lo había encontrado en un baile al que había ido sola. Es otra historia. Quiso parar antes del amanecer en Aurillac...
Puente. Foto por Wai Siew en Unsplash

Los siete puentes

Yukio Mishima

Eran las once y media de una noche de luna llena del mes de septiembre. Al terminar la reunión a la cual habían asistido, Koyumi y Kanako regresaron a la Casa del Laurel e inmediatamente vistieron sus kimonos de algodón. Hubieran preferido bañarse antes de cambiar su ropa, pero aquella noche no quedaba tiempo para eso...
Suecia de noche. Foto por Micael Widell en Unsplash

Los juegos de la noche

Stig Dagerman

A veces, por la noche, cuando la madre llora en el cuarto y sólo pasos desconocidos resuenan en las escaleras, Ake tiene un juego que juega en vez de llorar. Finge ser invisible y poder transportarse adonde quiere, nada más que pensándolo. Aquella noche no había más que un sitio adonde pudiera anhelar dirigirse y en donde Ake está a menudo. Ignora cómo ha llegado allí, sabe solamente que está en una sala...
Maracay, Venezuela. Foto por Jorge Salvador en Unsplash

El diente roto

Pedro Emilio Coll

A los doce años, combatiendo Juan Peña con unos granujas recibió un guijarro sobre un diente; la sangre corrió lavándole el sucio de la cara, y el diente se partió en forma de sierra. Desde ese día principia la edad de oro de Juan Peña...
Con la cara hacia arriba - Stephen Crane

Con la cara hacia arriba

Stephen Crane

—¿Qué vamos a hacer ahora? —preguntó el ayudante, inquieto y agitado. —Enterrarlo —respondió Timothy Lean. Los dos oficiales bajaron la vista hacia el cuerpo de su compañero, que yacía tendido a sus pies. Tenía el rostro azulado; los ojos brillantes miraban al cielo. Por encima de las dos siluetas de pie, se oía el silbido de las balas, y en la cima de la loma, la postrada infantería Spitzbergen disparaba rítmicas descargas cerradas...
Mujer con paraguas. Por Claude Monet

Alrededores de la ausencia

Noël Devaulx

Estaba leyendo en el quiosco chino cuando un campanilleo tan leve que habría podido creerse un engaño del viento me hizo dejar a un lado el libro y aguardar una confirmación. Y en efecto, luego se oyó un segundo llamado, aún más incierto y menos diverso de los ruidos del campo...
Ola. Foto por Joshua Dewey en Unsplash

El séptimo hombre

Haruki Murakami

—Aquella ola estuvo a punto de engullirme una tarde de septiembre cuando tenía diez años —empezó a decir, en voz baja, el séptimo hombre. Era el último a quien le tocaba hablar aquella noche. Las agujas del reloj señalaban ya las diez. Los hombres, sentados en círculo dentro de la habitación, podían distinguir, en la negra oscuridad de la noche, el rugido del viento que se dirigía hacia el oeste. El viento agitaba las hojas de los árboles del jardín, hacía vibrar los cristales de las ventanas y, al fin, con un chillido agudo como un silbato, se desplazaba a otro lugar...

El otro hombre

Miguel Delibes

Si nevaba en la ciudad, se originaba, en cada esquina, un próximo riesgo de romperse la crisma. La nieve caída y pisoteada se endurecía con la helada nocturna y las calles se transformaban en unas pistas relucientes y vítreas, más apropiadas para patinar que para transitar por ellas. Para los chicos, el acontecimiento era tan tentador que bastaba, incluso, para justificar sus ausencias de la escuela...
Ámsterdam. Foto por Jose Llamas en Unsplash

El marinero de Ámsterdam

Guillaume Apollinaire

El bergantín holandés Alkmaar regresaba de Java cargado de especias y otras mercancías preciosas. Hizo escala en Southampton, y a los marineros se les dio permiso para bajar a tierra. Uno de ellos, Hendrijk Wersteeg, llevaba un mono sobre el hombro derecho, un loro sobre el izquierdo y, en bandolera, un fardo de telas indias que tenía intención de vender en la ciudad, junto con los animales...
El fantasma de Treviño - Ignacio Aldecoa

El fantasma de Treviño

Ignacio Aldecoa

Treviño limita: al Norte, con el asfalto, la erre y la zeta; al Sur, con el verano, los tiros sueltos de las escopetas y las canciones obscenas; al Este, con el rumor azul de las esquilas y un sol taladrado de cuervos; al Oeste, con la primera manzana amarga y el primer sapito de San Juan...
Football outside Jakarta. Foto por Robert Collins en Unsplash

Una familia feliz

Lu Xun

“Escribir sólo cuando uno se siente inspirado. Eso es de veras hacer obra de arte, una obra que, como la luz del sol, irradie de una fuente infinita de claridad y no simplemente la chispa que brota del roce de la piedra con el hierro; sólo entonces el autor es un verdadero artista. Mientras que yo… ¡escribir como lo he hecho!…”
Estatua. Foto por Andrew Kondrakov en Unsplash

Benedictino

Leopoldo Alas (Clarín)

Don Abel tenía cincuenta años, don Joaquín otros cincuenta, pero muy otros: no se parecían a los de don Abel, y eso que eran aquellos dos buenos mozos del año sesenta, inseparables amigos desde la juventud, alegre o insípida, según se trate de don Joaquín o de don Abel...
Love. Foto por Michael Fenton en Unsplash

El amor tomado del natural

Enrique Jardiel Poncela

La mesa de al lado estaba vacía. Pero estuvo vacía poco tiempo. Porque una mujer joven y elegante entró en el café, miró a su alrededor, dio unos pasos, vaciló, se detuvo, dudó y, por fin, vino a sentarse a la mesa de al lado. La dama se ceñía con un abrigo negro, y llevaba debajo del abrigo dieciocho gramos de vestido verde...
Nieve. Foto por Wladislaw Sokolowskij en Unsplash

A campo traviesa en la nieve

Ernest Hemingway

El funicular se detuvo después de recorrer otro trecho. No podía seguir más allá, ya que la nieve estaba amontonada sólidamente entre los rieles. El vendaval barría la superficie abierta de la montaña, dejando cierto espesor de nieve...