A la plata
Tomás Carrasquilla
Aquel enjambre humano debía presentar a vuelo de pájaro el aspecto de un basurero. Los sombreros mugrientos, los forros encarnados de las ruanas, los pañolones oscuros y sebosos, los paraguas apabullados, tantos pañuelos y trapajos retumbantes, eran el guardarropa de un Arlequín...
Di Grasso
Isaak Bábel
Tenía yo catorce años. Pertenecía al gremio intrépido de los revendedores de entradas de teatro. Mi patrón era un granuja con un ojo siempre entornado y enormes mostachos de seda. Se llamaba Kolia Schvarts. Caí en su poder aquel funesto año en que en Odesa quebró la ópera italiana...
El inquieto anacobero
Salvador Garmendia
—No, yo hace muchos años, muchos que no veo a Daniel —dijo el gordo y se espantó una mosca que le andaba por el entrecejo. —Ni siquiera sabía que él estuvo en Caracas últimamente y mucho menos que anduviera con ustedes en la Pompadour...
Centauro de latón
William Faulkner
En el pueblo en que vivimos, Flem Snopes tiene ahora un monumento erigido en su honor, un monumento de latón, no menos resistente al paso del tiempo por el hecho de que, si bien se halla de continuo a la vista de todo el pueblo...
Aceituna, una
Ricardo Palma
Acabo de referir que uno de los tres primeros olivos que se plantaron en el Perú fue reivindicado por un prójimo chileno, sobre el cual recayó por el hurto nada menos que excomunión mayor, recurso terrorífico merced al cual, años más tarde, restituyó la robada estaca, que a orillas del Mapocho u otro río fuera fundadora de un olivar famoso...
De un cuento conocido
Ricardo Güiraldes
Panchito el tartamudo era en la estancia objeto de continuas bromas. Su padre, don Ambrosio Lara, viejo ya y casi inútil para el trabajo, arrastraba sus últimos años a lomos de un lobuno zarco, de huesos salidos y sobrepaso...
Don Goyito
Abelardo Díaz Alfaro
¡Pobre don Goyito!… ¡Cómo se me ha calado hasta los huesos ese campesino paliducho de mi barrio Yaurel! Cada palabra que brota de mis labios es para él un templo de verdades...
La gemela de la reina
Sarah Orne Jewett
La costa de Maine estuvo en tiempos tan próxima a playas lejanas gracias a su laboriosa flota de barcos, que entre los hombres y mujeres mayores aún se puede hallar una sorprendente proporción de viajeros. Cada lengua de tierra que se adentra en el mar con sus casas elevada...
Las sirenas
Azorín
Cuando volvieron de la iglesia celebraron con una merienda espléndida el bautizo. La casa estaba llena de invitados; entraron todos en el comedor. Sobre el blanco mantel resaltaba la límpida cristalería..
Juana y Juanita
Azorín
"¿Cómo es Juanita? ¿Dónde vive? ¿Qué hace? ¿En qué vieja y noble ciudad andaluza tiene su casa? Yo creo que la he visto en todas partes, a lo largo de mis viajes. Juanita es hija de Juana; a esta Juana nos ha contado el querido maestro Valera que sus convecinos, por sobrenombre, la llaman La Larga..."
Don Fruto Torres
Abelardo Díaz Alfaro
"Allí me hice hombre: jaleo de negro esclavo uncido al atavismo de la Central, vidas ancladas al surco, miseria, y más miseria que templaron mi alma en el tráfago de las injusticias sociales..."
Bagazo
Abelardo Díaz Alfaro
"Silba el cañaveral en flauta de guajanas su pena añeja. Y a través del tiempo, de la distancia, le parece escuchar la voz feble del difunto Simón: “Mi jijo, malo es ser pobre y negro, nunca semos niños, se nos ñama negritos”."
¿Cuánta tierra necesita un hombre?
León Tolstói
Érase una vez un campesino llamado Pahom, que había trabajado dura y honestamente para su familia, pero que no tenía tierras propias, así que siempre permanecía en la pobreza...
Alegoría
Emilio S. Belaval
Hacía tres meses, un barco español había dejado al infortunado Fernando de Almagro, a merced de unos parientes. Un avispillas del consignatario lo hizo remontar la cuesta que flota sobre el Jardín Botánico, y al llegar al miradero, le advirtió:...
Aquella noche salieron los muertos
Lino Novás Calvo
¡Este capitán Amiana! Llevaba diez años allí. Había en el mundo algunas gentes que lo daban por muerto; gentes que lo habían conocido. No los demás, que no teníamos conocidos, gentes sin conocidos...
Angusola y los cuchillos
Lino Novás Calvo
Yo no debiera escribir este cuento. Es un abuso hablar de nuestros socios cuando, además, lo que a ellos les ha ocurrido pudiera ocurrirle fácilmente a uno mismo. Esto, sin embargo, puede decirse de cualquiera y, al fin y al cabo, la profesión vence a la ética. Éste es un cuento sin ética...
El extranjero
Pedro Antonio de Alarcón
No consiste la fuerza en echar por tierra al enemigo, sino en domar la propia cólera, dice una máxima oriental...
Middlemarch
George Eliot
Middlemarch es la historia de tres parejas sujetas a los frágiles hilos del saber y el error, entretejida con la crónica minuciosa de los destinos de toda una comunidad en una época de cambios y reacción. Quintaesencia de la novela victoriana, George Eliot marcó con ella un hito en la historia de la literatura universal.
Warma kuyay
José María Arguedas
Noche de luna en la quebrada de Viseca. Pobre palomita, por dónde has venido, buscando la arena por Dios, por los cielos. —¡Justina! ¡Ay, Justinita! En un terso lago canta la gaviota, memoria me deja de gratos recuerdos...
El molino del Floss
George Eliot
Inspirada en gran parte en los recuerdos de la infancia de la autora, El molino del Floss gira en torno al desigual destino de Tom y Maggie Tulliver, los hijos del molinero. A pesar de la inteligencia natural de Maggie, es Tom, por ser varón, quien recibe la educación y en quién el padre de ambos confía para hacer frente al futuro del molino. Cuando los niños se acercan a la juventud la desgracia económica cae sobre los Tulliver, y los hermanos se ven obligados a enfrentarse a las dificultades. Maggie, alter ego de Eliot, es uno de los personajes más fascinantes de toda su producción, una mujer sensible y apasionada encerrada en un ambiente vulgar, monótono y, con frecuencia, ruin. A pesar del patetismo progresivo de la novela, un fino humor, altamente crítico, está siempre presente.