La receta del tiranosaurio
Isaac Asimov
La Receta del Tiranosaurio de Isaac Asimov es una obra que explora, con la profundidad y el ingenio característicos del autor, nuestro papel y nuestro futuro como habitantes del planeta Tierra. En esta antología, Asimov selecciona personalmente una treintena de artículos en los que despliega su vasto conocimiento científico y sus inquietudes filosóficas sobre el porvenir de la humanidad. Esta obra, de estructura flexible y tono accesible, puede leerse de forma lineal, al azar, o saltando entre capítulos, invitando a una experiencia de lectura tan dinámica como sus temas. En cada capítulo, Asimov aborda temas que van desde la evolución y la biología hasta la inteligencia artificial y el impacto del hombre en el medio ambiente. Con su inimitable estilo, el autor plantea preguntas provocativas y ofrece respuestas claras, sin caer en tecnicismos innecesarios, manteniendo siempre un equilibrio entre la divulgación científica y la reflexión ética. La obra explora las paradojas de la tecnología moderna y se sumerge en el análisis de los posibles escenarios futuros, abarcando desde la manipulación…
Ciencia cristiana
Mark Twain
A finales del siglo XIX, en un mundo cada vez más tecnologizado pero vacío de sentido, surgieron diversas sectas espirituales en Estados Unidos. Entre ellas, la "Primera Iglesia de Cristo, Científico", fundada por Mary Baker Eddy, prometía la sanación sin medicinas, únicamente a través de la oración y la mentalización del paciente. En poco más de veinte años, esta iglesia se había extendido a más de un continente y contaba con cientos de miles de miembros. Su confianza absoluta en el Espíritu y el desdén por la materia los convirtió en uno de los primeros grupos en rechazar las vacunas y en hacer presión política para legalizar excepciones por motivos religiosos. Mark Twain, el escritor más ácido e irónico de la época, no solo se fijó en los métodos fantásticos de este credo, sino también en el explosivo enriquecimiento de su fundadora. En "Ciencia Cristiana", Twain comienza a escudriñar esta doctrina, leyendo sus documentos y entrevistando a sus adherentes, para desmenuzar sus ritos y estatutos. Este libro es una selección…
Eureka
Edgar Allan Poe
Edgar Allan Poe escribió Eureka en 1847 casi de un tirón, como obedeciendo a un impulso incontenible; la ansiedad cosmogónica que subyace a la obra estaba latente desde su temprana juventud, cuando empezó a leer artículos sobre astronomía en revistas científicas, y buscaba expresión a partir del momento que emprendió el concienzudo estudio de Kepler, Newton, Laplace y otros muchos físicos y matemáticos. Cuando remata su labor, el gran escritor está convencido de haber producido un libro revolucionario, superior a todas las conjeturas del pasado y del presente acerca del origen y el destino del universo; según comunica a su editor, ninguno de los descubrimientos científicos de la historia de la humanidad, ni siquiera la teoría de la gravitación universal, se le acerca en importancia. Pero, como señala Julio Cortazar — prologuista y traductor de esta edición— , lo que explica la supervivencia de la obra y su fascinante atractivo no es el peso científico que le atribuyera su autor sino sus valores estéticos y espirituales; "los buenos lectores de…
Los lagartos terribles y otros ensayos científicos
Isaac Asimov
Esta nueva recopilación de Isaac Asimov contiene trabajos de contenido muy diverso. Los lagartos terribles, «Monstruos agonizantes» y «Orificios en la cabeza» se ocupan de especies extintas en la historia de la evolución. Otros artículos estudian los metales, la relatividad de las convenciones geográficas y los procesos de formación de la corteza terrestre. «Signo de admiración» es una irónica reflexión sobre las dificultades de la matemática, desde el teorema de Fermat hasta las factoriales.
Civilizaciones Extraterrestres
Isaac Asimov
¿Estamos solos en el cosmos? ¿Somos los seres humanos los únicos capaces de escrutar las profundidades del espacio? ¿Los únicos que hemos creado dispositivos para prolongar el alcance de nuestros sentidos? ¿Los únicos dotados de inteligencia para comprender e interpretar lo que vemos y sentimos? Civilizaciones Extraterrestres hace pensar a sus lectores que tal vez no estemos solos: ignoramos dónde se encuentren otros seres inteligentes, pero están en alguna parte del universo. Asimov explica cuáles son los requisitos de la vida: agua, atmósfera, materia orgánica, energía, proximidad a una estrella y, para una civilización semejante a la nuestra, tierra seca y oceános. ¿Existe un lugar del inmenso universo donde estas condiciones sean una realidad? Civilizaciones Extraterrestres aprovecha todos los adelantos de la ciencia y tecnología modernas para crear una base sólida en la que se apoye toda clase de lectores.
Cuadros de la Naturaleza
Alexander von Humboldt
Cuadros de la Naturaleza ofrece la visión humboldtiana de la ciencia geográfica, cuyo objeto de estudio son los fenómenos terrestres, incluyendo al hombre, al tratar de descubrir el orden existente en las apariencias caóticas de la Naturaleza y las conexiones que se dan entre fenómenos distantes pero que obedecen a una misma causa. Humboldt utiliza un método empírico de observación sistemática que, por medio del raciocinio, debe conducir a la explicación causal de dichos fenómenos y a su comparación con otros similares. Pero su método no es la simple observación neutra; para él, al igual que para los grandes románticos prusianos, como Schiller y Goethe, la contemplación de la Naturaleza es fuente de placer estético y un camino para su comprensión. En Cuadros de la Naturaleza se enfatiza el goce que embarga al viajero cuando mira, con ojos admirativos, los grandes paisajes de las cordilleras americanas, sus selvas, sus ríos y los restos de las civilizaciones antiguas, sin que por ello se deje llevar por construcciones ideales basadas en la…
La vida de las hormigas
Maurice Maeterlinck
En La vida de las hormigas, Maurice Maeterlinck, premio Nobel de Literatura, vuelve a hacer gala de su interés entomológico y decide observar el minúsculo universo de estos prodigiosos insectos con la convicción de que encierra innombrables misterios pero que, a la vez, puede despertar un sinfín de analogías con el comportamiento humano. Las hormigas se nos muestran en este libro como seres capaces de extraordinarias proezas. Como el hombre, también ellas cuentan con ejércitos organizados, algunas se han especializado en una suerte de ganadería y otras parecen haber aprendido a cultivar sus alimentos. Su sistema de comunicación también despierta el asombro, y nos recuerda a la telepatía. Un microcosmos admirable relatado en un estilo exquisito.
La tragedia de la Luna
Isaac Asimov
Asimov habla en esta obra de la Luna y de otros pequeños mundos que pueblan nuestro sistema solar; se ocupa del carbono, del descubrimiento del DNA, de la función de la glándula tiroidea, de los microorganismos y de la velocidad de la luz; reflexiona sobre cuestiones sociales tan importantes como el racismo y el futuro de los medios de comunicación.
Monstruos y prodigios
Ambroise Paré
No hay motivos para sorprenderse de que Ambroise Paré (1509-1590), hombre del Renacimiento, autodidacta, cirujano curtido en cien campos de batalla, médico de varios reyes y miembro del Colegio de San Cosme (a pesar de las críticas de sus doctos colegas), aplique su a veces ingenua curiosidad a un campo que no es el suyo en sentido estricto. La edición de 1575 de su libro de monstruos humanos y animales, de falsos mendigos y curiosidades celestes, suscitó la ira de la Facultad de Medicina y una auténtica querella por atentado contra las buenas costumbres. Interesado por temas siempre actuales como el hermafroditismo y lo demoníaco, los misterios de la naturaleza y los del hombre, se enfrenta a ellos con una fascinación que no le impide recordar el objetivo científico de sus análisis, aun bajo la creencia platónica de que lo prodigioso fue antaño lo real.
Las manzanas silvestres
Henry David Thoreau
Henry David Thoreau escribe este ensayo a los 45 años, en 1862, el mismo año en el que muere de tuberculosis. Es este un Ensayo frutal que se publicará después de su muerte. Si hemos de hacer caso a lo que nos dice el autor, este libro debería leerse al aire libre, en estado salvaje, a fin de poder disfrutar de la manzana (la más noble de las frutas, según él, la cual posee un aroma que para sí quisieran otras frutas como la pera) que es de lo que habla, de todos sus tipos y variedades. Dice el autor que sus pensamientos deben ser disfrutados en un estado salvaje y no en casa. Hace falta por tanto paladares duros de papilas erectas, no adormecidos por el consumo de la fruta doméstica que se echa a perder en el frutero. Thoreau quiere lo natural, lo salvaje, lo silvestre, lo primigenio. No ve con buenos ojos los injertos, la injerencia humana en el curso natural.
El sistema del mundo
Isaac Newton
La concepción del universo propuesta por Copérnico, perfeccionada por Kepler y formulada de manera completa y suficiente por Isaac Newton (1642-1727) tuvo que vencer las resistencias que ofrecían el antiguo sistema ptolemaico (armazón de la astronomía medieval y renacentista apoyado por la lectura teológica de la Biblia), la creencia alimentada por los predicadores de que los cometas eran mensajeros de la cólera divina y la teoría cartesiana de los vórtices como explicación mecánica del movimiento de los astros. El sistema del mundo, publicado póstumamente en 1728, fue un instrumento decisivo para difundir e imponer las nuevas teorías...