En el día de ayer, falleció el filósofo, sociólogo y ensayista polaco Zygmunt Bauman en la localidad inglesa de Leed.
Tras su muerte, deja como legado una prolífica obra que cuenta con 57 libros y más de 100 ensayos, entre los que se aparecen: “Trabajo, consumismo y nuevos pobres” (2000), “La postmodernidad y sus descontentos” (2001), “Amor líquido: Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos” (2005) y “La globalización: Consecuencias humanas” (1999).
Nacido en 1925, en la ciudad de Poznan, en el seno de una humilde familia judía, tuvo que huir del nazismo y fue a vivir a la Unión Soviética, para posteriormente regresar a su tierra donde ejerció como profesor en la Universidad de Varsovia. Tras los sucesos de la primavera de 1968, Bauman se instaló en Israel donde se dedicó a la escritura y la enseñanza y también residió en Estados Unidos y Canadá.
A partir del año 1971, fungió como docente en la Universidad de Leeds, en Inglaterra, donde fue jefe del Departamento de Sociología hasta que se retiró en 1990 y se convirtió en profesor emérito.
En su obra, Bauman, exploró la relación entre el hombre y el trabajo, así como la influencia de las redes sociales en la sociedad; pero su mayor contribución en el campo de la sociología es, probablemente, el concepto de “modernidad líquida”, con el cual denomina al proceso a través del cual los individuos se ven obligados a adoptar diferentes máscaras para encontrar su sitio en un nuevo tipo de sociedad global y sin identidades fijas.
Zygmunt Bauman, fue merecedor a lo largo de su carrera de importantes reconocimientos a su obra entre los que figuran el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, en 2010; el Premio Europe Amafi de Sociología y Ciencias Sociales, de Italia, en el año 1989 y el Premio Theodor W. Adorno de la ciudad de Fráncfort, Alemania, en 1998.