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De Re-cropped derivative work: Burn t (talk)Burroughs1983_cropped.jpg: Chuck Patch - Burroughs1983_cropped.jpg, CC BY-SA 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=4534080
William S. Burroughs. William Seward Burroughs, nacido en San Luis, Misuri, el 5 de febrero de 1914, y fallecido en Lawrence, Kansas, el 2 de agosto de 1997, fue mucho más que un simple novelista: fue un visionario, un outsider, un renovador radical del lenguaje y una figura clave de la contracultura del siglo XX. Aunque rehuía la etiqueta, su nombre resuena con fuerza junto a la Generación Beat, un movimiento que definió una época.
Nacido en el seno de una familia acomodada —su abuelo fue el inventor de la máquina de sumar Burroughs—, su vida estuvo marcada por la experimentación, tanto con las palabras como con las sustancias. Estudió en Harvard, donde ya se manifestaron sus inclinaciones homosexuales y su fascinación por las armas, dos constantes que lo acompañarían a lo largo de su vida. Tras una primera incursión en la literatura pulp con Yonqui, los años cincuenta fueron un período de profunda autodestrucción, un descenso a los infiernos de la adicción que marcaría profundamente su obra.
A partir de los sesenta, Burroughs se dedicó a la escritura con una intensidad casi febril. Su obra, profundamente autobiográfica, es un testimonio crudo y honesto de sus experiencias con las drogas, pero también una exploración de los límites del lenguaje y la conciencia. El surrealismo, la sátira mordaz y la experimentación formal son sellos distintivos de su estilo. Su contacto con figuras como Allen Ginsberg, Gregory Corso, Jack Kerouac y Herbert Huncke cimentó su lugar en la Generación Beat. Con Ginsberg, mantuvo una profunda amistad y un intercambio epistolar que dio como fruto Las cartas de la ayahuasca.
Un trágico incidente en México, la muerte accidental de su esposa Joan Vollmer durante un juego con un arma, marcó un antes y un después en su vida y en su obra, como él mismo reconoce en el prólogo de Queer. Este suceso, lejos de sumirlo en el silencio, lo impulsó a una búsqueda aún más profunda de la verdad a través de la escritura.
En la década de 1960, Burroughs se acercó a la Cienciología, aunque su relación con la organización fue breve y conflictiva. Si bien reconoció el valor de algunas de sus técnicas, su espíritu crítico lo llevó a distanciarse de una institución que consideraba dogmática.
La obra de Burroughs evolucionó desde un estilo relativamente convencional en sus inicios, con obras como Yonqui y Queer, hacia una experimentación radical con técnicas como el cut-up, que aprendió de su amigo Brion Gysin. Esta técnica, consistente en recortar y reorganizar textos para crear nuevas narrativas, se convirtió en una herramienta fundamental en obras como la trilogía Nova express, La máquina blanda y El ticket que explotó.
Para Burroughs, el lenguaje era un virus, un parásito que controlaba la mente humana. Su objetivo era liberar a la humanidad de esta tiranía a través de la destrucción de las convenciones lingüísticas. En sus últimas obras, como la trilogía Ciudades de la noche roja, El lugar de los caminos muertos y Tierras del occidente, Burroughs logró un equilibrio magistral entre experimentación y accesibilidad, creando un lenguaje único capaz de evocar imágenes y mundos nunca antes vistos. Su ingreso en la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras en 1984 fue un reconocimiento a su inmensa contribución a la literatura del siglo XX. William Burroughs, un escritor que desafió los límites de la palabra y exploró los confines de la conciencia, dejó un legado imborrable en la cultura contemporánea.