The Painter and his Pug 1745 William Hogarth 1697-1764 Purchased 1824 http://www.tate.org.uk/art/work/N00112
William Hogarth. Nacido en Londres el 10 de noviembre de 1697, fue mucho más que un artista: fue un cronista de su tiempo, un satírico con pincel y buril que supo capturar las contradicciones y excesos de la sociedad británica del siglo XVIII. Hijo de un maestro empobrecido y marcado por la humillación de ver a su padre encarcelado por deudas, Hogarth creció en el bullicio de la capital inglesa, una ciudad que sería tanto su escenario como su inspiración. Desde muy joven, mostró un ojo atento a los detalles de la vida cotidiana y una habilidad innata para transformarlos en narrativas visuales cargadas de humor y crítica.
Sus inicios como grabador independiente fueron humildes, diseñando escudos de armas y pequeñas ilustraciones. Sin embargo, Hogarth tenía una ambición que lo empujaba a ir más allá de los confines de su oficio. En una Inglaterra que aún miraba hacia el continente en busca de grandeza artística, Hogarth luchó contra la corriente, desafiando el predominio de un arte extranjerizante y rococó que encontraba vacío y artificioso. Su arte, en cambio, bebió de las calles y de las ferias, de la hipocresía de las élites y de la lucha diaria de las clases trabajadoras.
Su despegue como maestro de la sátira llegó en los años 1730, cuando abrazó de lleno su vena crítica. Hogarth no solo pintaba; narraba historias con una agudeza comparable a la de los escritores de su época como Jonathan Swift o Henry Fielding. Obras como Marriage A-la-Mode o A Rake's Progress son auténticas novelas visuales que desenmascaran la corrupción, la frivolidad y los excesos de la sociedad. En ellas, Hogarth despliega un dominio técnico impresionante, a la vez que invita al espectador a reflexionar, reír y condenar.
El viaje que realizó a París en 1744 marcó un punto de inflexión en su estilo. Aunque siempre crítico del rococó, absorbió elementos de este para dar un toque de elegancia a sus conversation pieces y a los exquisitos detalles de las telas y vestidos que adornan sus personajes. Su preocupación estética quedó plasmada en The Analysis of Beauty (1753), un tratado donde defendió la gracia y la expresividad de las curvas frente a la rigidez neoclásica, demostrando que su genio no se limitaba a la crítica social, sino que también abarcaba una visión profunda de la teoría del arte.
La vida personal de Hogarth estuvo marcada por la fidelidad a sus principios y a su tierra. Casado con Jane Thornhill, hija del renombrado pintor James Thornhill, mantuvo siempre un espíritu indomable, incluso cuando sus obras eran pirateadas y reproducidas indiscriminadamente en Europa, robándole parte de los beneficios de su éxito. Su autorretrato de 1745, acompañado por su leal perrita Trump, es un manifiesto silencioso de su carácter: perseverante, modesto y lleno de ingenio.
Cuando Hogarth murió el 26 de octubre de 1764, dejó un legado que transformó la manera en que se concebía el arte en Inglaterra. Fue enterrado en el cementerio de San Nicolás, en Chiswick, bajo una lápida que lleva la inscripción escrita por su amigo David Garrick. Hogarth no solo es recordado como el gran maestro de la sátira inglesa, sino también como un precursor del cómic y un pionero en colocar al arte británico en el mapa europeo. Su obra sigue siendo una ventana luminosa y mordaz a un tiempo que, aunque lejano, resuena con las eternas contradicciones de la humanidad.