(William) Wilkie Collins, by Rudolph Lehmann (died 1905), given to the National Portrait Gallery, London in 1947
Wilkie Collins. William Wilkie Collins (1824-1889) es una figura imprescindible de la literatura victoriana, considerado uno de los padres del género policíaco y maestro del suspense. Nacido en Londres, en el seno de una familia ligada al arte, su destino parecía inclinarse hacia la pintura, pero las letras se impusieron, llevándolo a convertirse en un narrador brillante. Su infancia en Italia marcó su sensibilidad artística, y aunque comenzó una carrera en el Derecho, pronto abandonó los códigos legales por las palabras.
Desde su debut literario con Antonina o la caída de Roma (1850), Collins mostró un talento singular para el drama y la construcción de atmósferas cargadas de misterio. Pero fue con La dama de blanco (1860) y La piedra lunar (1868) cuando alcanzó la inmortalidad literaria. Estas novelas, publicadas por entregas en revistas dirigidas por su amigo Charles Dickens, combinan un minucioso relato con un suspense tan absorbente que las convierten en pioneras del thriller contemporáneo. La amistad con Dickens no solo marcó su vida personal, sino también su carrera, alimentando colaboraciones literarias que dejaron una huella indeleble en la narrativa inglesa.
Collins era un hombre de contrastes: brillante y atormentado. Su lucha contra la gota reumática lo llevó a depender del láudano, una adicción que influyó profundamente en su obra. En La piedra lunar, el autor explora el impacto psicológico de las sustancias, reflejo de sus propias alucinaciones, incluido el inquietante "Ghost Wilkie", un alter ego que, según decía, lo acompañaba.
En su vida personal, Collins nunca contrajo matrimonio, pero mantuvo relaciones complejas con Caroline Graves y Martha Rudd, con quien tuvo tres hijos. Su vida amorosa, libre de las convenciones victorianas, es tan intrigante como sus historias.
Wilkie Collins murió en Londres en 1889, dejando un legado literario que sigue cautivando a generaciones. Su tumba en el cementerio de Kensal Green, grabada con el título de La dama de blanco, es un tributo a un autor cuya imaginación desbordante y aguda crítica social redefinieron la novela del siglo XIX.