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Wilhelm Grimm
Wilhelm Grimm. Nacido el 24 de febrero de 1786 en Hanau, Alemania, fue mucho más que un recopilador de cuentos. Fue un erudito apasionado, un amante de la lengua y las tradiciones germanas, y un arquitecto de la filología moderna. Su destino estuvo entrelazado con el de su hermano mayor, Jacob, en una hermandad tanto personal como intelectual que transformó el estudio de la literatura y el folclore en Europa. Juntos, los Hermanos Grimm dejaron una huella indeleble en el imaginario colectivo y en la ciencia del lenguaje.
La infancia de Wilhelm transcurrió en Steinau an der Strasse, un rincón bucólico donde comenzó a germinar su interés por las narraciones populares. Fue allí donde compartió con Jacob los primeros pasos de un recorrido académico que los llevaría a Kassel y luego a la Universidad de Marburgo, donde ambos se formaron en derecho. Pero los cuentos y las leyendas que resonaban en las voces del pueblo alemán fueron el verdadero imán que atrajo sus espíritus inquietos. Desde 1806, Wilhelm y Jacob comenzaron a recopilar esas historias con la meticulosidad de un lingüista y la pasión de un poeta.
Wilhelm, a pesar de las adversidades de salud que marcaron su vida, contribuyó con una sensibilidad única a las célebres Kinder- und Hausmärchen (Cuentos de niños y del hogar). Mientras Jacob se inclinaba hacia los aspectos filológicos y estructurales, Wilhelm aportaba una mirada poética, redondeando las historias con un estilo más narrativo y accesible. Publicadas entre 1812 y 1815, estas obras no solo preservaron el alma del folclore germano, sino que abrieron una ventana a la universalidad de los cuentos.
En su carrera académica, Wilhelm se destacó también como bibliotecario y profesor. Su paso por la biblioteca de Kassel y la Universidad de Göttingen fue prolífico, aunque no exento de controversia, como cuando fue destituido junto a Jacob por su postura política en el movimiento conocido como "Los siete de Gotinga". Sin embargo, su prestigio académico los llevó a Berlín en 1842, invitados por el rey de Prusia, donde Wilhelm se integró a la Academia de Ciencias de Prusia y se dedicó junto a Jacob a la titánica tarea del Deutsches Wörterbuch, un diccionario monumental de la lengua alemana.
Wilhelm también exploró la poesía medieval y las sagas heroicas, iluminando aspectos oscuros de la cultura germánica y devolviéndoles su esplendor. Su dedicación fue reconocida ampliamente en su tiempo, y su nombre quedó indisolublemente ligado al de su hermano. Juntos no solo forjaron una obra académica sin igual, sino que también reencantaron al mundo con historias que, aún hoy, despiertan asombro.
El 16 de diciembre de 1859, Wilhelm Grimm falleció en Berlín, dejando un legado que perdura. Descansa en el Antiguo Cementerio de San Mateo, pero su obra y su espíritu viven en cada narración que nos conecta con las raíces profundas de nuestra humanidad. Wilhelm fue un artesano del lenguaje y un guardián del alma popular, un faro literario cuya luz sigue iluminando generaciones.