Robert Graves

Robert von Ranke Graves (Wimbledon, 24 de julio de 1895 - Deyá, Baleares, 7 de diciembre de 1985) fue un escritor y erudito británico cuya vida y obra han dejado una profunda huella en la literatura. Nacido en una familia de clase media en Wimbledon, Londres, Graves fue el tercero de cinco hijos de Alfred Perceval Graves, un inspector escolar en Irlanda, y Amalie Elisabeth Sophie von Ranke, sobrina del eminente historiador alemán Leopold von Ranke.

La infancia de Graves estuvo marcada por la adversidad. A los siete años, una doble neumonía casi le arrebata la vida, la primera de varias afecciones pulmonares que le perseguirían a lo largo de su existencia. Durante su educación, su apellido germánico, "von Ranke," le causó no pocos problemas, especialmente durante la Primera Guerra Mundial, cuando un rumor infundado lo vinculó con un espía alemán.

Graves es célebre por sus novelas históricas, en particular "Yo, Claudio" (1934), que ganó popularidad a través de su adaptación televisiva. Además de novelista, fue un destacado poeta y un profundo investigador de los mitos griegos, como lo evidencia su obra "La diosa blanca" (1948). Sus estudios sobre mitología y poesía no solo demostraron su vasta erudición, sino también su habilidad para entrelazar la historia con la imaginación poética.

Después de la Primera Guerra Mundial, donde sirvió con distinción y resultó gravemente herido, Graves se trasladó a Deyá, en las Islas Baleares, un lugar que se convertiría en su hogar definitivo. En Deyá, encontró un refugio y una fuente inagotable de inspiración para su trabajo. Su vida en España estuvo marcada por su dedicación a la escritura y a la investigación, manteniendo una prolífica producción literaria hasta sus últimos días.

Robert Graves también fue un influyente mentor y amigo de numerosos escritores y poetas contemporáneos. Su legado literario abarca no solo sus novelas y poesías, sino también su impacto como académico y su contribución a la comprensión de la mitología clásica.

Padre de la escritora y traductora Lucía Graves, su influencia perdura no solo en su propia obra, sino también en las generaciones que le siguieron. Robert Graves es una figura imprescindible en la literatura del siglo XX, un puente entre el pasado mítico y el presente literario, cuyo trabajo sigue siendo objeto de estudio y admiración en todo el mundo.