Manuel A. Alonso. Manuel Antonio Alonso Pacheco (6 de octubre de 1822 - 4 de noviembre de 1889) emerge como una figura destacada en la rica tradición literaria de Puerto Rico y se consolida como uno de los precursores del Romanticismo antillano. Su legado literario y médico ha perdurado a lo largo de los años, dejando una huella indeleble en la cultura puertorriqueña.
Nacido en San Juan, Puerto Rico, Alonso provenía de una familia con raíces gallegas y españolas, hijo de don Juan Francisco Alonso y doña María de África de Pacheco. Su infancia transcurrió en San Juan hasta 1826, cuando la familia se trasladó a Gurabo, donde Manuel A. Alonso comenzó su educación en el Seminario Conciliar de San Juan.
Su búsqueda de conocimiento lo llevó a la Universidad Condal de Barcelona en 1842, donde emprendió estudios de Filosofía y se graduó en 1848 en medicina y cirugía. Durante su tiempo en España, publicó su influyente obra "El Gíbaro" en 1849, un cuadro de costumbres de la isla de Puerto Rico que resonó en la literatura de la época. Su regreso a Puerto Rico ese mismo año marcó el inicio de una carrera médica y literaria que enriquecería profundamente la vida intelectual de su tierra natal.
En Caguas, Puerto Rico, donde se estableció como médico, Alonso no solo ejerció la medicina con dedicación, sino que también continuó cultivando su pasión por la literatura y el periodismo en sus momentos de ocio. Su amor por la escritura lo llevó a crear obras como "Aguinaldo puertorriqueño," "Álbum puertorriqueño," y "Puerto Rico y sus costumbres," que capturan la esencia y la riqueza cultural de su amada isla.
Además de sus logros literarios, Manuel A. Alonso desempeñó un papel crucial como director del Asilo de Beneficencia de Caguas, un compromiso que mantuvo hasta su fallecimiento en 1889. Su contribución al bienestar de la comunidad y su habilidad para plasmar la vida y las costumbres puertorriqueñas en sus obras aseguran su lugar como una de las voces más significativas del Romanticismo antillano y como un médico y humanitario admirado en la historia de Puerto Rico. Su legado continúa iluminando el camino de las futuras generaciones de escritores y médicos en la isla.