Humberto Arenal. Nacido el 15 de enero de 1926 en La Habana, fue un polifacético artista cubano, cuyo legado se extiende por la literatura, el teatro y el periodismo. Su exilio forzado en Estados Unidos durante la dictadura de Batista no fue un impedimento para que desplegara su pluma en el El diario de Nueva York y la revista Visión, destacándose como redactor y cronista.
Regresó a Cuba en 1959, cautivado por la llamada de Fidel Castro. En los primeros años de la Revolución, su pluma se hizo eco en el semanario Lunes de Revolución, bajo la dirección de Guillermo Cabrera Infante. Colaboró con genios como Tomás Gutiérrez Alea y José Hernández en la creación del guion de la película "Historias de la revolución" y publicó la notable novela "El sol a plomo".
A pesar de su distanciamiento con el oficialismo posterior a la Revolución, Arenal no abandonó Cuba. Su travesía lo llevó de la primera fila de los protagonistas a un rincón discreto de la literatura, donde persistió como actor fundamental. Su papel como director del Teatro Lírico Nacional de Cuba y su contribución como uno de los fundadores de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba atestiguan su impacto en el ámbito cultural.
Arenal, fiel a sus convicciones, resistió las tensiones políticas y mantuvo amistades con colegas, independientemente de su posición crítica o afín al gobierno. Aunque vetado para publicar, continuó escribiendo y compartiendo su conocimiento en el Instituto Superior de Arte de La Habana.
El reconocimiento oficial llegó en 2007, cuando el ministro de Cultura, Abel Prieto, otorgó a Arenal el prestigioso Premio Nacional de Literatura de Cuba. Su trayectoria, marcada por la versatilidad y la resistencia, destaca como un faro en la rica tradición literaria cubana.