Dora Alonso. Fue una de las figuras más destacadas de la literatura cubana del siglo XX, especialmente en el campo de la literatura infantil y juvenil. Su obra abarca diversos géneros, como la poesía, el cuento, la novela, el ensayo y el teatro, y se caracteriza por su sensibilidad, su imaginación y su compromiso social.
Dora Alonso nació el 22 de diciembre de 1910 en Recreo, un poblado de la provincia de Matanzas, en el seno de una familia campesina. Desde niña mostró su vocación literaria y a los nueve años ganó el primer premio del concurso provincial "Estela Brochs de la Torriente" con un poema dedicado a José Martí.
Estudió en el Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas y luego se trasladó a La Habana, donde se graduó de periodismo en la Universidad de La Habana. Trabajó como redactora y corresponsal en varios medios de comunicación, como El País, Bohemia, Carteles y Prensa Latina. También participó activamente en la vida cultural y política del país, apoyando las causas revolucionarias y defendiendo los derechos de los campesinos, las mujeres y los niños.
Su primera obra publicada fue Sol de batey (1950), una novela que retrata la vida y las luchas de los trabajadores azucareros. Le siguieron otras novelas, como Tierra inerme (1961), Una (1977) y El cochero azul (1981), así como numerosos cuentos, entre los que destacan Cuentos (1976), La flauta de chocolate (1980) y Las aventuras de Guille (1983).
Pero quizás su mayor aporte a la literatura cubana fue su producción para niños y jóvenes, que abrió nuevos caminos en el género y se ganó el cariño y la admiración de varias generaciones de lectores. Entre sus obras más conocidas para este público se encuentran Palomar (1979), Viaje al sol (1979), El grillo caminante (1981) y Espantajo y los pájaros (1966). También creó el personaje de Pelusín del Monte, un títere inspirado en su infancia rural, que se convirtió en un símbolo de la identidad nacional.
Dora Alonso recibió numerosos reconocimientos por su trayectoria literaria, entre los que se cuentan el Premio Casa de las Américas en 1980, el Premio Nacional de Literatura en 1988 y el Premio Mundial de Literatura Infantil José Martí en 1997. Falleció el 21 de marzo de 2001 en La Habana, dejando un legado invaluable para la cultura cubana.