EL MAR INMÓVIL
Sobre las afiladas olas del mar inmóvil va, trabajosamente, la larga caravana de hombres recios y callados en busca de la tierra escurridiza. Un antiguo profeta les prometió ese suelo donde sólo una simiente germina, florece y da frutos: la simiente del bien. Y sobre las agudas crestas van quedando cercenados los cuerpos de estos ambiciosos viajeros que desterraron de sí la bella tierra para buscarla en imposibles confines, creyendo que por ello sería mayor su recompensa.
CÓMO
No se trata de saber porque sabiendo ignoramos lo que resta.
No se trata de buscar porque buscando no vemos
y sin buscar encontramos lo perdido.
No se trata de querer
porque queriendo despreciamos eso que sin esfuerzo tenemos.
Buscar o no buscar, querer o no: no importa, sino cómo.
DETENIDOS
Detenidos entre llorar y sonreír,
sin llegar a hacer uno ni otro,
hablamos
tras la máscara.
Cuánto hiere el llanto que se guarda,
cuánto la sonrisa que se esconde.
POR EL FILO
Caminando por el filo del cuchillo
me pregunto qué haré cuando llegue a la punta.
¿Saltaré al abismo
o volveré sobre mis pasos
como si estos no hubiesen tenido otro propósito
que hacer una maroma?
CRISIS
Si miro adelante sin pensar todo lo que me ata,
si expongo mi sangre, mi casa, mis obras,
si rompo lo que hice por lo que haré,
lo que soy por lo que he de ser,
entonces, ¿qué seré que perdure,
qué palabras diré que alguien crea?
Pero si me siento a recordar
las veces que arriesgué y perdí,
si considero las heridas que guardo,
las que ingenuamente causé,
si pongo en la balanza mi fe y mi temor,
si dudo de lo que quiero y me aferro
a carencias parciales,
si me niego a soñar lo improbable
y me quedo así,
mordiéndome los labios,
entonces, ¿para qué las palabras?